Fragmento

En 2009 México y sus instituciones de salud protagonizaron el inicio de uno de los grandes desafíos para la salud pública internacional, la pandemia de influenza AH1N1 2009. La primera pandemia de influenza del siglo XXI fue un recordatorio sobre la necesidad de tener una respuesta internacional coordinada en el ámbito de la salud global. A pesar de que México se encontraba preparado –contaba con un plan de respuesta y una reserva estratégica nacional de oseltamivir–, también resultó claro que la mayoría de las instituciones no tenían planes propios adaptables a sus recursos, no existía capacitación para el personal de salud sobre cómo reaccionar ante dicho evento, existió un desabasto de insumos básicos para la atención de los pacientes, el sistema de vigilancia tuvo que enfrentar adaptaciones sobre la marcha, y en especial, atemperar el miedo que se esparce más rápido que la propia enfermedad.

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2014-12-19   |   807 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 66 Núm.5. Septiembre-Octubre 2014 Pags. 465-472 Rev Invest Clin 2014; 66(5)