El 'Mini-Mental State Examination' en la Argentina: Instrucciones para su administración

Grupo de Trabajo de Neuropsicología Clínica de la Sociedad Neurológica Argentina 
Fragmento

El "Mini-Mental State Examination" (MMSE) de Folstein es empleado habitualmente como un instrumento práctico para un rastreo inicial de alteraciones cognitivas1. Al ser un instrumento estandarizado de uso generalizado, también favorece la posibilidad de contar con un parámetro adecuado de comparación entre distintos grupos de trabajo.2 Los criterios actuales para el diagnóstico de un síndrome demencial requieren que la presencia de deterioro cognitivo sea documentada a través de una evaluación breve del estado mental como el MMSE u otros y confirmada por una evaluación neuropsicológica más extensa.2-7 El MMSE consiste en una serie de tests que evalúan orientación (autopsíquica, en tiempo y lugar), memoria de corto y largo plazo (fijación y recuerdo diferido), atención, lenguaje (comprensión verbal y escrita, expresión verbal –repetición y articulación- y expresión escrita), praxias (por comando escrito y verbal) y habilidad visuoconstructiva.1 Distintos puntajes de corte fueron referidos en la literatura entre los cuales el más aceptado es el de 23/24 (27-30 = normal; 25-26 = dudoso o posible demencia; 10-24 = demencia leve a moderada; 6-9 = demencia moderada a severa y 0 a 6 = demencia severa.8 Otros autores han destacado la importancia de la edad y el nivel educacional para ajustar los puntajes de corte9 y en concordancia con estos factores establecieron puntajes de corte fijos10,11 o elaboraron tablas donde se establecieron factores de corrección.12 Otro factor a tener en cuenta al evaluar pacientes con este instrumento es el sesgo relacionado con el predominante componente lingüístico de la prueba.12 El MMSE ha sido ampliamente criticado por su baja sensibilidad y especificidad, a pesar de ello, sigue siendo el instrumento de más amplia aceptación y por ende el más empleado en rastreos iniciales.

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2003-09-06   |   6,917 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 24 Núm.1. Enero-Marzo 1999 Pags. 31-35 Rev Neurol Arg 1999; 24(1)