El viejo de ayer (6ª y última parte)

Qué hacer por y para los viejos 

Autor: Lozano Cardoso Arturo

Fragmento

Con esto se plantea nuevamente una pregunta que es definitiva ¿será a través de un cambio en esta sociedad? Sí, debe ser. En esta sociedad, no se valora correctamente al viejo; en este sistema económico y social y sin los recursos adecuados, los planificadores sociales se ven obligados, desgraciadamente, a moverse dentro de los lineamientos que marcan los políticos. Las soluciones al fenómeno de la vejez son costosas, largas, penosas, duras, deprimentes, frustrantes, etc. Exigirá cambios en la mentalidad, en las actitudes y de establecimiento de prioridades distintas de las aceptadas hasta ahora, consecuentemente tendrá que haber transformaciones de las estructuras sociales. La primera de las deliberaciones, la más difícil e indispensable es la del presente, y pensar en el futuro. ¿Qué será el presente de los jóvenes de hoy cuando sean viejos? Esto constituye la condición de toda libertad real. Los viejos son la prueba de que esa libertad nunca la hemos conseguido y ésta será la piedra de toque de cuanto se haga para lograrla. Existen dos ideas básicas que se proponen, que no siempre son tomadas en cuenta. Los viejos quieren dinero antes que servicios; si dispusieran de dinero, no serían necesarios ni tanta asistencia social ni tanta beneficencia, ni caridad.

Palabras clave:

2006-11-14   |   1,351 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 49 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2006 Pags. 237 Rev Fac Med UNAM 2006; 49(6)