La Enseñanza de la Medicina y de la Cirugía en la Ciudad de México durante la Época Colonial

Autor: Kusior Carabaza Ladislao José

Fragmento

La Universidad de la Ciudad de México, primero Real y después Pontificia, abrió sus puertas en 1553, pero no incluía los estudios de Medicina. Tenía como modelo a la Universidad de Salamanca, la más antigua de España, y recibió al nacer los mismos privilegios que ella; realizaba los mismos tipos de estudios eclesiásticos, de humanidades y filosofía, y aun pareció heredar su menosprecio por la medicina. Es cierto que aquellos tiempos fueron la Edad de Oro de la medicina en España; pero no es menos cierto que en España, como en todo el mundo, la medicina estaba desvinculada de la naturaleza, pensando con siglos de retardo, hablando en latín y viviendo en el limbo de la metafísica. Como no habían nacido o desarrollado aun las ciencias que más tarde le darían solidez y jerarquía científica – la física, la química o la biología-, todo en ella era vaciedad, pompa externa y formulismos necios. Todo lo cual contribuía a hacer de la medicina una forma inferior de conocimiento, que rehuían los espíritus selectos y que recogía el desdén y aun las burlas de doctos e iletrados. Igual paso en México. Fue necesario esperar 22 años después de abierta la universidad, para que el claustro votara en 1575, a moción de su rector Bernabé Valdés de Cárcamo, la creación de la cátedra de Prima de Medicina, que gano por oposición el doctor Juan de la Fuente, entre los más eminentes de la Nueva España. La cátedra se abrió el 7 de Enero de 1579, fecha que marca el día en que se inició la enseñanza oficial de la medicina en el Continente Americano. Casi 20 años después se dio el siguiente paso y se abrió la segunda cátedra que era la de Víspera de Medicina otorgada en oposición al doctor Juan de Plascencia en 1598. Y transcurrieron otros 22 años antes de que se completara el programa y se abrieran en 1620, la cátedra de Anatomía y Cirugía confiada al doctor Cristóbal Hidalgo y Vendaval y la de Método y Practica de la Medicina que recibió el doctor Francisco de Urieta. El plan de estudios hecho de cuatro asignaturas – sin contar naturalmente el latín y la filosofía, las ciencias teológicas y las naturales- requirió de cuarenta años para integrarse, lo que da idea de la poca importancia que el claustro universitario concedía a la carrera.

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2011-07-22   |   1,447 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.3. Julio 2011 Pags. 47-51 Cien Salud UAdeC 2011; 2(3)