La muerte como experiencia de vida y la labor humanista de anunciar la muerte en medicina

Autores: García Rillo Arturo, Duarte Mote Jesús, García Pérez Leticia

Resumen

La muerte siempre ha sido un tema de controversia para la medicina, pues además de representar el término de la vida humana, hace manifiesta la incapacidad de la ciencia médica para detener la historia natural de la enfermedad. Expresa de manera concreta las limitaciones del médico frente al poder de la naturaleza. Además, es un evento cotidiano durante la práctica médica, pero ¿cómo se forma al médico respecto a la muerte? El estudiante de medicina transita por experiencias, en aulas y hospitales, que le permiten conocer el concepto de muerte desde diferentes perspectivas. Aprendiendo los términos de muerte celular, necrosis y apoptosis (en las aulas y laboratorios); aprende anatomía practicando en cadáveres (en la sala de disecciones); para posteriormente presenciar el coma, la muerte cerebral y la muerte clínica (en sus prácticas de hospital). Es aquí donde se manifiesta el carácter, la templanza, la sensibilidad y el humanismo del estudiante y el médico al enfrentarse a la muerte de un semejante, trátese de la edad de que se trate. Por ejemplo: observar a un joven aferrarse a la vida, reflejando en su rostro el deseo de vivir a la edad en que empieza a proyectar su futuro y aspiraciones truncados por un padecimiento mortal; una madre joven que deja en la orfandad a sus hijos; un padre que es el único sostén de la familia; o aquel niño cuya inocencia y ternura ablandan a cualquiera; en fin, es muy difícil asimilar, que apenas hace un momento podíamos haber estado hablando con esa persona, la habíamos saludado y quizá hasta nos había manifestado su preocupación de morir, y, ahora esa persona es un cadáver. Por lo que surge la pregunta sobre “cómo el profesional de la medicina informa al paciente la inminencia de la muerte”.

Palabras clave: Muerte humanismo medicina informar.

2013-01-16   |   1,151 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 28 Núm.6. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 598-602 Med Int Mex 2012; 28(6)