Los educadores en ciencias de la salud del siglo XXI:

¿Trabajamos como locos (en el sentido Einsteniano)? 

Autor: Sánchez Mendiola Melchor

Fragmento

Cuántas veces hemos escuchado en los pasillos de los hospitales o escuelas de medicina las lamentaciones del exceso de trabajo que tenemos los médicos y profesionales de la salud, aderezadas con nuestras frustraciones por el proceso educativo? Nuestras labores como educadores en las ciencias de la salud abarcan un amplio abanico de actividades, que van desde preparar una conferencia magistral hasta enseñar una destreza psicomotriz con un paciente, pasando por elaborar reactivos para exámenes, diapositivas para presentaciones, material para talleres, prácticas de laboratorio, una, otra y otra vez. Las tareas educativas siempre están relacionadas con una suerte de tensión con los demás elementos del complejo sistema de atención a la salud, en el que predominan la asistencia clínica y la investigación. En este contexto aplica la frase de Albert Einstein citada arriba, en donde define locura de una manera muy ingeniosa, revelando la profunda faceta humorística (que surge de la humanística), de este célebre personaje. Le pido al lector que reflexione sobre sus habilidades reales de comunicación, cómo enseñamos en los cursos de las llamadas ciencias básicas y clínicas, la manera en que evaluamos la retención a largo plazo del conocimiento, el uso de los marcos conceptuales y de la p < 0.05 al escribir o leer un trabajo científico. ¿Enseñamos los conceptos de medicina basada en evidencias e identificamos las barreras para su práctica?, ¿hacemos las cosas habitualmente de la misma manera, convirtiendo el acto educativo en una rutina repetitiva?

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2012-10-15   |   1,325 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 1 Núm.4. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 165-166 Inv Ed Med 2012; 1(4)