Completo

La salud de la población debe ser prioritaria en las políticas gubernamentales, las cuales son una forma de medir el grado de desarrollo de un país, y en este sentido, el nuestro ha evolucionado en los últimos años de manera notable en el terreno de la medicina preventiva. La población infantil es uno de los grupos de edad más vulnerables, por ello, la inclusión de nuevas vacunas en la Cartilla Nacional de Vacunación y la consecuente obligatoriedad del Sector Salud para proporcionarlas hará que gradualmente se reduzcan las tasas de morbi-mortalidad por enfermedades prevenibles a través de esta intervención. Para lograr un Consenso Nacional sobre las inmunizaciones que debe recibir el recién nacido pretérmino, la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica (AMIP) y la Sociedad Mexicana de Pediatría (SMP) reunieron —primero en la Ciudad de México, el 13 de septiembre de 2007, y luego en Guadalajara, el 20 de octubre del mismo año— a un grupo de expertos representativos de nuestro país dedicados a la práctica médica tanto del sector público como del privado. Todos los participantes son médicos en activo y líderes en sus áreas de trabajo, principalmente pediatras, pediatras neonatólogos y pediatras infectólogos. Los resultados de este consenso se publicaron en el suplemento de octubre-diciembre de 2007 de la Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría, y en este número de Vacunación Hoy se presenta una reseña del análisis expuesto en el último Congreso Interamericano de Infectología Pediátrica que se llevó a cabo a finales del año pasado en la ciudad de Querétaro, en donde se detallan las observaciones al actual Esquema de Vacunación con base en las necesidades de protección específicas del recién nacido pretérmino, en concreto, bajo tres escenarios fundamentales: hepatitis B, tuberculosis y virus sincicial respiratorio. Es necesario que todos los que nos dedicamos al cuidado de la salud infantil, desde la etapa neonatal y hasta la adolescencia, estemos debidamente actualizados en el área de inmunizaciones, ya que somos los responsables de recomendar y, en cierto modo, educar a nuestra población. Así pues, felicito la iniciativa de integrar este consenso, y lo más importante, espero que sus resultados se sigan difundiendo de manera oportuna y adecuada por todos los medios disponibles, además de incluir el tema en los foros y congresos médicos relacionados con la pediatría, infectología y neonatología. De igual manera, sugiero realizar nuevos consensos de manera constante y de acuerdo con los cambios que surjan en torno a nuevas vacunas o las ya existentes.

Palabras clave:

2008-10-06   |   16,459 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 15 Núm.88. Marzo-Abril 2008 Pags. 113 Vac Hoy Rev Mex Puer Pediatr 2008; 15(88)