Fragmento

Para quienes consideran la Medicina un saber cerrado, autónomo y puro, y a la Filosofía un estéril juego de palabras para jubilados u ociosos, el solo título de este ensayo puede resultarles inútil; podrían incluso llegar a pensar: ¿cómo puede un filósofo atreverse a relacionar la estricta ciencia médica con las ambigüedades y los malabares filosóficos? ¿acaso pueden tener algo en común la Medicina interna de Harrison y el Tratado lógico - filosófico de Wittgenstein? En este ensayo se parte de la premisa y se llega a la conclusión de que, efectivamente, sí hay una estrecha relación entre ambas, que comparten incluso una misma cuna. La relación entre la medicina y la filosofía, por ser una relación compleja y milenaria, es susceptible de múltiples perspectivas según sea el énfasis, el foco y el interés al establecerla. Por ejemplo, se puede entablar esta relación rastreando las premisas filosóficas de los paradigmas médicos (estatuto epistemológico de la investigación médica, naturaleza del saber médico, criterios éticos en el procedimiento clínico, relación entre positivismo y medicina basada en la evidencia, entre otros); también se puede establecer la relación analizando cómo ambos saberes, Medicina y Filosofía, se articularon armoniosamente en personajes representativos de muy diversas épocas (Hipócrates, Galeno, Avicena, Maimónides, Rabelais, Descartes, Laín Entralgo y muchos otros, quienes marcaron hitos tanto en la historia de la Medicina como en la Filosofía). Otra posibilidad es identificar las múltiples alusiones a la Medicina en los escritos filosóficos (en las obras de Empédocles, Pitágoras, Platón, Aristóteles, Séneca, Epicuro, Boecio, Foucault, Wittgenstein, son abundantes los recursos argumentativos tomados del saber médico); o viceversa, las alusiones que a la Filosofía se encuentran en los tratados médicos (Hipócrates, Erasístrato, Celso, Tagliacozzi, entre otros).

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2009-02-03   |   15,312 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.2. Julio-Diciembre 2008 Pags. 127-131 CES Medicina 2008; 22(2)