Marcel Proust:

El aventurero sedentario 

Autor: Estañol Vidal Bruno

Fragmento

Si Marcel Proust no hubiera nacido nadie hubiera podido inventarlo. Su obra, insólita, desmesurada y acaso interminable ha merecido el estudio y la reflexión de muchos autores y críticos. Su personalidad y su método de trabajo siguen siendo enigmáticos y desconcertantes. Algunas ideas que él expresó en cuanto a su método para recordar y plasmar el recuerdo siguen siendo hoy muy discutidas. La obra de Edward Bizub: “Marcel Proust y el Yo dividido. En busca del tiempo perdido: crisol de la psicología experimental (1874-1914)”,1 es uno de los intentos más inteligentes y originales para comprender, acaso en parte, la obra de Proust. Bizub ha escrito un libro sorprendente para estudiar la inagotable obra de Proust. La traducción y notas de Héctor Pérez-Rincón añaden una sorprendente fuente de reflexión. Inicia el libro describiendo el ambiente médico y las ideas psicológicasprevalecientes durante la época que vivió Marcel Proust. Esa época es un capítulo casi olvidado de la psicología médica y de la psicología experimental. Aparece la hipnosis como un fenómeno psicológico sorprendente pero capaz de ser estudiado y que es ejercida por los neurólogos y psiquiatras; en París, por Jean-Martin Charcot y en Nancy, por Bernheim. Los conceptos abstrusos de Mesmer y del magnetismo animal han quedado atrás y hay una actitud realmente científica para estudiar estos fenómenos ciertamente insólitos. Aunque sea una época anterior a Freud, el concepto del inconsciente se está ya desarrollando en la obra magnífica de Pierre Janet. El tío de Pierre Janet y el padre de Marcel Proust, Adrien Proust, también están interesados en estos fenómenos, como la hipnosis, en que la conciencia o el Yo se dividen y el individuo no recuerda nada de lo que pasó durante el estado hipnótico. El fenómeno de la sugestión también es estudiado con gran interés. Jean-Martin Charcot se interesa por el fenómeno disociativo en la histeria y su paciente predilecta, Blanche Whitman, le sirve para demostrar la disociación ante una audiencia atónita. Aparecen también los psicólogos experimentales que están interesados en crear pruebas para medir la inteligencia y otros aspectos de la personalidad, como Alfred Binet. En el libro de Edward Bizub se describen también los fascinantes y primeros casos clínicos de personas con personalidad disociada o doble.

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2014-07-29   |   546 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 37 Núm.3. Mayo-Junio 2014 Pags. 261-263 Salud Ment 2014; 37(3)