Fiebre hemorrágica por el virus del ébola y su amenaza para los sistemas de salud

Autor: De la Hoz Restrepo Fernando P

Fragmento

Desde el 23 de marzo de 2014, el mundo ha observado –impávido hasta hace pocas semanas– la ocurrencia de un nuevo brote de ébola que afecta fuertemente a tres países de África occidental: Sierra Leona, Guinea Conakri y Liberia. El brote está asociado al serotipo Zaire del virus y hasta la segunda semana de octubre se habían contabilizado más de 4.000 muertes y alrededor de 10.000 casos, aunque las autoridades internacionales de salud reconocen que puede haber decenas de miles de casos circulando en las comunidades, lo que agrava la situación y permite predecir que no será fácil detener esta epidemia. Por primera vez, el virus del ébola ha saltado con éxito las barreras geográficas y sanitarias y ha producido algunos casos de la enfermedad (y mucho terror) a miles de kilómetros de distancia de su nicho ecológico original. Solo en los últimos meses, y después de que la amenaza para los países occidentales se hizo patente, han comenzado a dar fruto los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por recolectar fondos y otros tipos de ayuda para intensificar la lucha contra el problema. Pese a sus esfuerzos, hasta la fecha en que se escribe este editorial (20 de octubre de 2014), todavía son muy pocos los países y organizaciones que han empezado a aportar significativamente a esta lucha, entre ellos Médicos sin Fronteras, los Estados Unidos de América y Cuba.

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2015-01-29   |   1,280 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 34 Núm.4. Octubre-Diciembre 2014 Pags. 503-505 Biomédica 2014; 34(4)