Autor: Kably Ambe Alberto
Entre los capítulos más impactantes del quehacer de la Obstetricia está, sin duda alguna, la mortalidad materna. Por razones obvias, no existe rubro alguno más emblemático que esquematice de forma más pragmática la calidad de la atención médica a la embarazada que el relacionado con este capítulo. En México, desde hace varias décadas, la mortalidad materna se ha visto enmarcada por tres patologías causales: la hemorragia, la enfermedad hipertensiva del embarazo (concepto preeclampsia-eclampsia) y la infección; las dos primeras se ubican por regiones geográficas y temporadas epidémicas, siempre en los dos primeros sitios. Algo similar sucede en el resto del mundo, aunque en países con alto grado de desarrollo la mortalidad materna indirecta puede suplantar algunas de las patologías que, como en México, se observan como causas primas en la mayor parte de los países en vías de industrialización y corresponden a enfermedades o afecciones propias de la gestación (muerte obstétrica directa).
2015-03-02 | 372 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 83 Núm.2. Febrero 2015 Pags. Ginecol Obstet Méx 2015; 83(2)