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Hoy en día se han disparado cifras alarmantes de suicidio. ¿El suicidio debe ser abordado como problema social o como problema de salud mental? El suicidio es una muestra de desprecio por la humanidad. Dijo Kant: «Es un insulto que se hace a la humanidad en uno mismo. Este acto, el más individualista de todos, perturba profundamente a la sociedad». Al ver a un hombre que aparentemente desprecia las cosas que los otros aprecian, la sociedad se ve obligada a dudar de todo lo que ha pasado que es deseable. El suicida tira por la borda todo lo bueno que tiene en su vida. La sociedad se siente turbada, y la reacción natural y nerviosa es esconder el suicidio. Así, refuerza de nuevo sus propios valores. A la persona «normal» el suicido le parece demasiado espantoso y sin sentido para poderlo concebir. Diríase que casi hay un tabú que impide discutir este tema serio (Meninger). Nunca se ha emprendido una extensa campaña en contra del suicidio como se hace en contra de otras causas de muerte, quizá más difíciles de prevenir. No hay un interés público organizado en él… Sin embargo, en muchos casos podría haber sido evitado por alguno de nosotros.

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2017-04-26   |   162 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 25 Núm.5. Septiembre-Octubre 2016 Pags. 35-36 Psiquis 2016; 25(5)