La naturaleza y la dignidad de los pacientes

Autor: Rivera Montero R

Fragmento

Durante una guardia nocturna en un hospital de tercer nivel de atención, llegaron dos individuos al servicio de urgencias acompañando a una persona que portaba ropa de mujer, además, lucía un peinado y maquillaje femenino muy peculiar. Tales individuos solicitaron atención de urgencia argumentando que dicha persona: “venía sangrando mucho”. Inmediatamente, el recepcionista sin pensarlo, ordenó al camillero una silla de ruedas para trasladar al paciente al Servicio de Toco-Cirugía en donde una vez ingresada dicha persona, el médico gineco-obstetra le pidió que se quitara la ropa interior con la finalidad de revisar las características del sangrado referido. Sin embargo, la persona enferma se negó a hacer lo que el médico le solicitaba argumentando que eso no lo iba a permitir debido a que atentaba contra su dignidad e intimidad. Ante tal negativa, el galeno realizó un nuevo interrogatorio y se enteró de que el sangrado de referencia era una epistaxis unilateral producto de un traumatismo que la persona había recibido en una riña pasional entre sexoservidores. Por lo tanto, se trataba de un hombre vestido, peinado y maquillado como mujer, de dicha profesión, motivo por lo cual fue trasladado nuevamente al Servicio de Urgencias con la finalidad de que le resolvieran su problema nasal que parecía controlarse de manera espontánea.

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2017-10-11   |   203 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 4 Núm.2. Mayo-Agosto 2017 Pags. 135-137 Rev Sal Jal 2017; 4(2)