Completo

Introducción
La excelencia en educación médica se alcanza cuando la práctica clínica se realiza en pacientes; puede ser un buen método de desarrollo personal y profesional si empleamos un constante método de enseñanza-aprendizaje y un ambiente benéfico para el alumno. (1) El aprendizaje que alcanza el alumno se puede manifestar mediante el rendimiento académico; lo que nos informa sobre su trayectoria escolar en un periodo determinado. Podremos conocer el nivel de conocimientos que tiene el alumno si medimos correctamente el rendimiento académico. No todos tenemos el mismo estilo de aprendizaje ni la misma rapidez. En el ámbito educativo, el estilo significa los indicadores fisiológicos, afectivos y cognitivos, y estables, de cómo el alumno reacciona a sus ambientes de aprendizaje. Es la manera en que el alumno logra aprender y que es reflejo de sus habilidades, debilidades, intereses y fortalezas académicas. (2,3) Las escuelas de medicina ahora cuentan con nuevos planes de estudio y métodos de enseñanza para desarrollar el aprendizaje en diversos grados. Se tiene en cuenta que el conocimiento de los estilos de aprendizaje resulta útil para estudiantes y profesores por igual, ya que los estudiantes pueden relacionar sus estilos de aprendizaje, con el método de enseñanza de los profesores. (4,5) Por lo general, cada persona tiene una forma única de aprender, esto le permite tener una mejor relación con su ambiente e implica también algunos aspectos de conocimiento referentes a su personalidad; es decir, sus características mentales y fisiológicas, que los diferencian de los demás. Cuando se trata de aprender, cada persona lo hace de manera diferente y el proceso mediante el cual aprende lo organizan de acuerdo a la forma como asimilan el contenido de lo que estudian. Los diversos estilos de aprendizaje también pueden vincularse en las aptitudes de la persona, en sus talentos, sus dones, los instrumentos personales que tiene para interactuar con su entorno con efectividad según sus propias características. (6,7) Camarero, Martín del Buey y Herrero en el 2000, evaluaron a 447 estudiantes de la Universidad de Oviedo en España usando el ya mencionado Cuestionario de Estilos de Aprendizaje de Honey-Alonso (CHAEA) dándose cuenta de que el grupo de alumnos con un rendimiento académico menor tenía un estilo de aprendizaje activo. Por otro lado, Álvarez y Albuerne en 2001, aplicaron el CHAEA a 99 estudiantes de segundo año de preparatoria del Instituto de Enseñanza Secundaria de Asturias, España, hallaron una correlación positiva entre el rendimiento académico y el estilo de aprendizaje teórico (0,257) y una correlación negativa con el estilo de aprendizaje activo (-0,291). Acevedo y Martínez en 2011, aplicaron el CHAEA a 150 estudiantes de las carreras de ingeniería y psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana, sin embargo, ellos no encontraron relación alguna entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico. (8) El estudio de los estilos de aprendizaje en los alumnos últimamente ha sido orientado a la relación que tienen con la obtención del aprendizaje y el logro académico. Los estilos de aprendizaje han sido analizados en diferentes ámbitos escolares con el fin de identificar los estilos que más predominan y también, como fue descrito por Isaza en 2014, con la relación con variables socio demográficas como lo son la edad, el género, las características culturales y sociales del mismo alumno. (9) En el contexto universitario, frecuentemente es una preocupación no sólo saber cómo aplicar el método de enseñanza, sino además saber cómo aprende el estudiante. Si asumimos que los jóvenes hoy en día poseen características bastante diferentes, debido al desarrollo de las TIC comparados con generaciones anteriores que han transformado la vida de las personas, el acceso que tienen cotidianamente a la información por Internet, la pertenencia y dependencia a redes sociales, etc. Por lo que ya no es suficiente que nuestros alumnos adquieran sólo conocimientos básicos, sino que es necesario que adquieran diversas competencias o habilidades para desarrollarse en un mundo cuyo denominador común es el cambio, en que los avances tecnológicos y científicos se dan rápidamente y es necesario contar con una educación que sirva de por vida, trabajar con grupos de diversas disciplinas, intercambiar información, adaptarse a la dinámica de la transformación permanente. (19)

Material y Métodos
Se realizó un estudio es de tipo observacional, transversal, prospectivo y analítico, previa autorización del comité de investigación y de ética en investigación de la Facultad de Medicina Región Veracruz de la Universidad Veracruzana. El universo de estudio fueron todos los alumnos del último semestre de la Facultad de medicina de la Universidad Veracruzana, región Veracruz en el periodo Agosto - Enero 2019, próximos a ingresar al internado de pregrado. La selección de la muestra fue de tipo intencionada, no probabilística, la cual consistió en 45 alumnos. La aplicación de los instrumentos se llevó a cabo en la Facultad de Medicina UV región Veracruz. La unidad de análisis: un alumno de la facultad de medicina del último semestre.La recolección de datos se realizó mediante el cuestionario CHAEA sobre los estilos de aprendizaje, este cuestionario consta de 80 ítems de respuesta dicotómica (positivo + o negativo –), si se está más de acuerdo o en desacuerdo con el ítem, respectivamente; de ellos, 20 corresponden a cada estilo de aprendizaje, distribuidos aleatoriamente de tal manera que el alumno no pudo distinguir a qué estilo correspondía cada pregunta. La puntuación absoluta que cada sujeto obtuvo indicó el nivel que alcanzó en cada uno de los cuatro estilos y se anotó en un gráfico. De esta forma, se obtuvo el estilo de aprendizaje. Para la obtención del rendimiento académico, se solicitó a la oficina de secretaría de la Facultad de Medicina el listado de promedio de los alumnos que realizaron la prueba.El análisis de los datos se realizó con la hoja de cálculo Excel y el programa estadístico SPSS.

Resultados
Los resultados están estructurados en cuatro partes, la primera corresponde a un análisis de las características sociodemográficas, la segunda corresponde a los resultados grupales de estilos de aprendizaje de acuerdo al sexo obtenidos a través del cuestionario CHAEA (Alonso y Col. 1994) , la tercera corresponde a los resultados grupales del rendimiento académico de acuerdo al sexo la cual se obtuvo a través de una relación del promedio global de la carrera y la cuarta y última corresponde a la relación del rendimiento académico y los estilos de aprendizaje la cual se analizó con el método de correlación r de Pearson. La media de edad de los 45 estudiantes incluidos en el estudio fue de 24, con una desviación estándar de 1.1. De ellos el 53.3% corresponden al sexo femenino y el 46.7% al sexo masculino. En la gráfica número 1 se presenta el porcentaje con el que son usados los estilos de aprendizaje en la población del último semestre de la carrera de Medicina, incluidos en este estudio. Se observa que hay mayor afinidad con el estilo de aprendizaje de tipo activo, con un 33.3% en comparación con el estilo de aprendizaje Teórico con un 11.1% de afinidad. En la gráfica número 2 se muestran el porcentaje del rendimiento académico de la población estudiada de forma general. Allí podemos observar que la mayoría de los estudiantes del último semestre de la carrera de Medicina tiene un rendimiento académico medio con un 84.4%. En la gráfica número 3 está representada la frecuencia de los estilos de aprendizaje en relación con el sexo. En ella se observa que en la población femenina el estilo de aprendizaje pragmático es el que cuenta con más porcentaje y afinidad correspondiendo al 33.3%, mientras que en la población masculina el estilo de aprendizaje Activo fue el que obtuvo mayor respuesta con 42.86%. En la gráfica número 4 se muestra el rendimiento académico de la población estudiada de acuerdo al sexo, se puede observar que los estudiantes del sexo masculino tienen una mayor prevalencia de rendimiento alto (14.3%) en relación con el sexo femenino (12.5%). Se aplicó el coeficiente de correlación de Pearson, los datos fueron analizados con la hoja de cálculo Excel y el SPSS, los cuales mostraron un nivel de correlación de .118 con una significancia de .441 por lo que se concluye que no existe relación estadísticamente significativa entre el rendimiento académico y los estilos de aprendizaje.
 
Discusión
En cuanto a la hipótesis general, debido al valor de .44 obtenido al correlacionar estilos de aprendizaje y rendimiento académico, se afirma que no existe correlación significativa entre ambas variables. Este resultado coincide con Acevedo y Martínez en (2011) quienes aplicaron el CHAEA a 150 estudiantes de las carreras de ingeniería y psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana, ellos no encontraron relación alguna entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico. Para explicar la correlación nula entre estilos de aprendizaje y rendimiento académico se puede mencionar a Dunn en 2006, estableció que hay un conjunto de elementos interiores y exteriores los cuales influyen en el modelo y la situación de aprendizaje con la que cuenta el alumno. Dunn describió 21 variables, que se engloban en cinco estímulos que afectan el estilo de aprendizaje: estímulo emocional, ambiente inmediato, necesidades físicas, sociológicas y psicológicas.

Conclusiones
Con respecto al objetivo general acerca de la relación que existe entre los Estilos de Aprendizaje y el Rendimiento Académico de los estudiantes del último semestre de Medicina, se probó con la inferencia estadística que no existe relación entre los Estilos de Aprendizaje y el Rendimiento Académico de los estudiantes objeto de estudio, aceptando la hipótesis nula. El género femenino tiene mayor afinidad por el Estilo de Aprendizaje Pragmático con un 33.3% y la parte masculina tiene mayor afinidad por el Estilo de Aprendizaje Activo con un 42.86%.

Palabras clave: estilos de aprendizaje rendimiento académico estudiantes pragmático activo.

2021-09-02   |   234 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 15 Núm.1. Enero-Junio 2020 Pags. 49-53 Rev Invest Cien Sal 2020; 15(1)