Cuantificación de microalbuminuria en pacientes diabéticos y su relación con el índice de masa corporal (IMC)

Autores: González Santes Mario, Cruz Aguilar Martha, Ortigoza Gutiérrez Sara, López Fentanes Fernando Ciro, Torres Valencia Maria del Carmen

Completo


Introducción
La enfermedad renal crónica es un problema de salud pú- blica a nivel mundial; en los países en vías de desarrollo la falta de recursos humanos, recursos financieros e infraes- tructura la señalan como una enfermedad dramática. Por otra parte, la incidencia se incrementa día a día y las estrategias de prevención del daño renal son escasas, por lo que es necesario identificar de manera oportuna el daño renal. Es necesario que los sistemas de salud en México incrementen los programas de detección como el Diabet-IMSS en la que la identificación inicial del daño renal permita proporcionar un tratamiento dietético y farmacológico oportuno, retrasar la progresión de la enfermedad renal crónica y disminuir el número de ingresos a diálisis. La enfermedad renal crónica (ERC) representa un problema creciente a nivel mundial con una prevalencia estimada en el orden del 10%, por su carácter asintomático las personas que están en fases tempranas, presencia de (mAlb) no tienen conocimiento de su existencia.(1) La ERC puede progresar a insuficiencia renal crónica y tiene un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad, por tanto, promover la prevención a través del diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno de la población en riesgo, permite controlar la progresión del daño renal y disminuiría su morbimortalidad.(2) Para lograr este objetivo e implementar políticas sanitarias que contribuyan a atenuar su impacto en la salud de las personas y disminuir su creciente incidencia, es necesario conocer la prevalencia de la ERC en los distintos grupos de la población.(3) De acuerdo con la Convención de Gentofte-Montecatini la presencia de Microalbuminuria (mAlb) se define como: una excreción de albúmina por encima de 30 y hasta 300 mg/día/1.73m2, una tasa de excreción de 20 a 200 μg/min/1.73m2 o expresándolo en relación a la creatinina, entre 30 y 300 mg/g Cr o (3.4-34 mg/mmol Cr).(4) La mAlb es el hallazgo clínico más temprano de lesión renal, la cual está en estrecha asociación con la obesidad,(5), (6), (7) y refleja anomalías funcionales del glomérulo.(8) De ahí la importancia de la detección, cifras persistentemente elevadas significan afectación glomerular incipiente, potencialmente reversible.(9) Los factores de riesgo clásicos que predisponen a desarrollar una ERC son la edad superior a 60 años, sedentarismo y la obesidad(1), es la obesidad medida a través del IMC la que nos interesa en este documento. La OMS define el sobrepeso como un IMC (Kg/Mt2) entre 25 y 29.9, la obesidad grado I con un IMC entre 30 y 34.9, obesidad grado II IMC entre 35 y 39.9, y la obesidad severa mas de 40 . La obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas de salud a escala global, que interesa a los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. Entre las enfermedades crónicas no trasmisibles, la obesidad merece especial atención, pues es, en sí misma, una enfermedad crónica y a la vez un reconocido factor de riesgo para muchas otras.(10) El medio ambiente, los factores culturales, económicos y sociales, la disminución de la actividad física, la estructura de la familia y los factores emocionales, cada vez son más permisivos a la expresión de las tendencias genéticas de la Obesidad.(10), (11) La obesidad afecta al 64.3 % de los adultos en México, mientras que el 9.2 % de la población padece diabetes y el 8 % enfermedad renal crónica (ERC). De forma independiente, la obesidad es considerada como un factor de riesgo para enfermedad renal y es, a su vez, un factor de riesgo para diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular, las cuales han sido asociadas con fallo renal.(12), (13) Un meta análisis realizado por Wang et al., reportó que la enfermedad renal puede asociarse a sobrepeso y obesidad en el 24.2 % de los hombres y el 33.9% de las mujeres. En los países industrializados se ha observado que esta relación es menor (13.5 y 24.9 %) en hombres y en mujeres, respectivamente.(14) Microalbuminuria: La eliminación normal de albúmina es de 5 a 30 mg/ día/1.73 m2. A partir de esta cifra hasta 300 mg se considera mAlb patológica. Por encima de esa cantidad se define simplemente como albuminuria.(15) La mAlb puede ser superior a valores normales de forma transitoria (estado febril, ejercicio, insuficiencia cardiaca). Cifras persistentemente elevadas significan una afectación glomerular incipiente, por lo que su determinación sistemática es muy importante en el control de pacientes diabéticos, hipertensos, reducción de masa renal y pielonefritis crónica. La mAlb elevada se relaciona con riesgo cardiovascular y evolución a insuficiencia renal crónica. De acuerdo a Martínez et al. en un estudio del 2013 reportan para la población Cubana la presencia de mAlb en el 22.94 %. De estos, el 61.95 % correspondió a edades entre 20 y 39 años y se clasificó en estadio I y II de enfermedad renal crónica el 12.96 % y el 9.97 %, respectivamente y encuentran que la mAlb es un factor de riesgo con valor predictivo en estadios iniciales de la enfermedad renal crónica, en edades tempranas.(16) Los resultados de un estudio que consideró 100 casos con población Colombiana hipertensa de riesgo bajo y medio sin nefropatía diagnosticada, un 16.4% presentó niveles de mAlb anormales. (Vásquez, et al., 2012). En otro estudio con adultos mayores de 55 años en Perú, reportan que el 17.92% (N=706) presentan mAlb. (Figueroa Montes & Ramos García, 2014). Espinoza et al. reportan en un estudio descriptivo, de corte transversal que incluyó 224 pacientes diabéticos con rango de edad de 37 a 88 años de los cuales el 56% presentó mAlb y 26.7% de ellos eran hipertensos y en donde la mAlb representa un signo de lesión renal precoz y un marcador de daño endotelial general relacionado con hiperglicemia.(7) Debido a que la obesidad es el principal factor de riesgo modificable para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, la obesidad ha sido reconocida como uno de los problemas de salud pública más importantes del país. La prevalencia de sobrepeso y obesidad en México de acuerdo a Hernández Barquera et al. fue 71.3% (sobrepeso 38.8% y obesidad 32.4%). La prevalencia de obesidad abdominal fue 74.0%, siendo mayor en mujeres (82.8%) que en hombres (64.5%). Entre los años 2000 y 2012 se observó un incremento promedio anualizado de 1.3%, siendo éste mayor en el periodo 2000-2006 (2.1%) que en el periodo 2006-2012 (0.3%)(17). En el año 2000, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (ENSA-2000) en adultos mayores a 20 años la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 69.7%,. Esta prevalencia aumentó 12% en tan solo seis años, Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), esto posicionó a México como uno de los países con mayor tendencia de aumento de sobrepeso y obesidad en el mundo con un porcentaje anualizado de incremento de alrededor de 2%. (17), (18), (19) La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT 2016, reveló que la población rural masculina adulta, aumentó de (61.1%) en 2012 a (67.5%) en 2016 en zonas urbanas, se mantiene en (69.9%). En mujeres adultas incrementó a (75.6%). un incremento de (8.4%) zonas rurales y (1.6%). zonas urbanas respecto a 2012..(20)

Material y métodos
Se realizó un estudio comparativo transversal, se forma-ron tres grupos, n1:28 casos (18.7%) con normopeso (IMC 18.5-24.9 Kg/M2), n2:45 (30%) con sobrepeso (IMC 25-29.9 Kg/m2) y n3:77 (51.3) con obesidad (IMC ≥30 Kg/m2). La obtención de las muestras fue por conveniencia, se estudiaron a pacientes diabéticos controlados, que aceptaron el consentimiento informado, las variables de estudio fueron: mAlb, IMC, edad y sexo. En el análisis estadístico se utilizó la estadística descriptiva, para las determinaciones de frecuencias absolutas, nú- mero de casos, frecuencias relativas (%), medidas de ten- dencias central promedio y mediana, medidas de disper- sión, desviación estándar (DE), error estándar(EE), Intervalo de confianza (IC 95%), la estadística inferencial se utilizó para obtener Anova (F), pruebas de normalidad, Kolmogo- rov-Smirnova (k-s) y nivel de significancia de 0.05.

Metodología de laboratorio.
Se preparó una solución de albúmina sérica humana (ASH) de 500mg/L. A partir de esta solución se prepararon diluciones de 250mg/L, 125mg/L, 62.5mg/L, 31.2mg/L y 15.6mg/L. Y conservadas a pH 7, 15°C por no más de 5 horas previas a la lectura. Las muestras de orina se almacenaron a 15°C, pH entre 5.99-7.5. La orina y los estándares se conservaron envueltos en papel aluminio para evitar ex- ponerlos a la luz . Las muestras de orina fueron centrifuga- das durante 15 minutos a 1500 rpm, del sobrenadante se obtuvieron los espectros de fluorescencia. Se obtuvo la longitud de onda de excitación de la solución patrón y de la muestra mediante el espectro UV/Vis de absorción de la ASH que fue determinado empleando las siguientes condiciones: rango de longitud de onda de 250-320nm, velocidad de escaneo media, intervalo de muestreo 1.0nm, modo de escaneo automático, ancho de rendija de 0.5nm, valor máximo de absorción a 277 nm. Se utilizó el espectrofotómetro de fluorescencia marca Thermo Sientific Lumina ubicado en el laboratorio 7 de la facultad de Bioanálisis, Campus Veracruz. Se empleó una celda para fluorimetría de cuarzo con tapa, de camino óptico 10mm, rectangular, con espesor de base y ventana de 1.25mm, volumen nominal de 3.5ml y pulida por las cuatro caras y la base. De cada patrón de albúmina de concentración conocida se realizaron tres réplicas. Con el promedio de intensidad de cada patrón se construyó una curva de calibración a partir de los espectros de fluorescencia.

Resultados
El rango normal de mAlb en la técnica empleada debe ser menor a 20mg/L, (valor equivalente al máximo de 30 mg/ día/1.73 m2 ), de las 150 orinas analizadas. 30 (39.47%) se diagnosticaron con mAlb y el resto se encuentran dentro de estos límites normales establecidos y aprobados por los métodos actuales de cuantificación. 

Discusión
La obesidad es un factor de riesgo para ciertas enfermedades. Gonzales-Fajardo encontró altamente significativa la relación entre la obesidad y la microalbuminuria y es, a su vez, un factor de riesgo para diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular, las cuales han sido asociadas con fallo renal.(12) (13) En el presente trabajo no se encontró diferencia significativa en la presencia de microalbuminuria entre los grupos de IMC normal, con respecto a los grupos con IMC sobrepeso y obesidad, sin embargo; si se marca una tendencia evidente a la presencia de mAlb en relación al incremento de peso registrado en el gráfico de la figura 1, los valores de dispersión son amplios en los diferentes grupos de IMC en relación a la mAlb. De la población estudiada el 39.47% presenta valores de mAlb superiores al límite normar de 20mg/L, esto es superior a lo reportado por Martínez(16) para la población Cubana donde la presencia de microalbuminuria fue del 22.94%. Y con los resultados obtenidos por Vásquez et al. en un estudio de 100 casos con población Colombiana hipertensa de riesgo bajo y medio sin nefropatía diagnosticada, se encontró que un 16.4% presentó niveles de mAlb anormales.(21) Y significativamente menor a lo reportado por Leal y col. del 56% en pacientes diabéticos estudiados. Existen un amplio número de reportes que relacionan la presencia de mAlb asociada a condiciones de obesidad y más directamente en pacientes diabéticos. En este estudio de 150 pacientes 96 (64%) son mujeres y 54 (36%) hombres, la proporción con mAlb fue menor en el sexo femenino con 27 casos (28.1%) que en el sexo masculino 17 (31.5%). En contraste Wang et al.(14), reportaron que la enfermedad renal estuvo presente en el 33.9% de las mujeres y en el 24.2 % de los hombres. De la población estudiada 8 (10.5%) corresponde a edades entre 20 y 41 años, de este grupo el 3(37.5%) presenta valores de microalbuminuria superiores al valor normal, la población restante corresponde a edades entre 41 y 88 años con presencia de mAlb en el 39.7% de los casos. Existe una marcada diferencia con los valores reportados por Martínez-Maertín S. et al. para una población entre 20 y 39 años en la cual clasificó con manifestaciones de enfermedad renal crónica al 22.93 %; y encuentran que la mAlb es un factor de riesgo con valor predictivo en estadios iniciales de la enfermedad renal crónica, en edades tempranas(16). Y Los valores de mAlb encontrados en este estudio, en población de más de 41 años resultan superiores a los reportados en población Peruana por Figueroa-Montes J. et al. en el 2012 con adultos mayores de 55 años, donde el 17.92% (N=706) presentan mAlb.(22) La prueba de ANOVA no mostró diferencia significativa entre las medias de los valores de mAlb en los grupos con normopeso, sobrepeso y obesidad p= 0.05. 

Conclusión
La pobre asociación encontrada entre el IMC y la mAlb, en individuos con DMT2 podría deberse a que un IMC bajo no lleve a un paciente diabético a desarrollar mAlb, pero existen posibilidades de que la mAlb u otro factor como la DMT2 haga que el paciente experimente un IMC reducido. Hay evidencia que muestra que la obesidad es un factor de riesgo de ERC. Por ejemplo, los hallazgos del estudio de Gonzales-Fajardo(5). Donde informaron de un alto grado de relación entre obesidad e ERC. nuestros resultados no respaldan la existencia de una asociación clara. Usar el IMC para conocer el estado de la mAlb en pacientes con DMT2 puede ser problemático. Los pacientes diabéticos tienden a perder masa muscular y a experimentan un aumento de grasa corporal. Como el IMC no puede diferenciar entre el músculo del cuerpo y la grasa corporal, resulta un indicador no confiable para determinar asociación con mAlb.

Palabras clave: microalbuminuria IMC fluorescencia diabéticos sobrepeso obesidad nefropatía.

2021-09-18   |   2,033 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 14 Núm.1. Enero-Junio 2019 Pags. 47-51 Rev Invest Cien Sal 2019; 14(1)