Resumen

La transposición corregida de las grandes arterias se caracteriza por la inversión ventricular y la transposición de los grandes vasos, es decir doble discordancia. Esta combinación permite un contenido arterial de oxígeno normal. Es una entidad rara y de presentación clínica peculiar, por lo que surge la necesidad de conocer esta patología en nuestro medio para describir su frecuencia, la historia natural, curso clínico y necesidad de cirugía. Material y métodos: Se revisaron los expedientes clínicos de los pacientes con este diagnóstico registrados entre enero de 1990 y julio de 1996; el seguimiento se efectuó vía telefónica y en la consulta externa. Las variables estudiadas fueron morbimortalidad, bloqueos y anomalías asociadas. Se empleó estadística descriptiva. Resultados: Fueron 14 pacientes, 11 hombres y tres mujeres con edades de dos meses hasta 29 años (media de 13 meses), para una incidencia del 1.16%. El 14% fueron asintomáticos y un soplo fue el motivo de estudio; los demás presentan cianosis y disnea con insuficiencia cardiaca, dos de ellos crisis de hipoxia. Uno tuvo bloqueo auriculoventricular completo congénito y otro síndrome de Wolff-Parkinson-White. La comunicación interventricular, la estenosis pulmonar y la insuficiencia tricuspídea fueron las anomalías asociadas más frecuentes. Se operaron nueve pacientes, dos ameritaron marcapaso definitivo transoperatorio y otro falleció por choque cardiogénico y séptico. Al seguimiento el 72% se encuentra en clase funcional I. Conclusiones: La transposición corregida de los grandes vasos es una cardiopatía congénita de baja incidencia; los hallazgos clínicos dependerán de las anomalías asociadas y de los transtornos de la conducción; el momento quirúrgico está en relación con la repercusión hemodinámica de éstas.

Palabras clave: Transposición corregida de las grandes arterias incidencia anomalías asociadas morbimortalidad bloqueo auriculoventricular completo congénito.

2003-08-07   |   2,969 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 8 Núm.1. Enero-Marzo 1997 Pags. 25-29 Rev Mex Cardiol 1997; 8(1)