El síndrome de Lepedí-Lopasé

Autor: Mañé Garzón Fernando

Fragmento

I Esta nueva entidad; no sé si semiológica, clínica o lo que fuere; ha cobrado tal frecuencia que se hace perentorio definirla con la más exquisita precisión. No nos podemos imaginar qué pasaría si no ocurriera, si no se recurriera, si no se apelara a este supremo recurso. II Veamos un ejemplo de esta sugerente entidad. Ingresa un niño de tres años al Servicio de Emergencia y el pediatra de guardia, residente, hace la anamnesis, realiza el examen clínico y formula indicaciones. Luego se le pregunta: ¿qué tiene? - Bueno, es producto de cuarta gesta, embarazo bien tolerado, no controlado, con peso al nacer de 3.000 gramos, nace por cesárea anterior, Apgar 8-10, alimentación a pecho 15 días, luego LV 3, mal controlado en Centro de Salud de Jardines del Hipódromo. Alimentación: seis mamaderas al día y “come de todo”. Sostén cefálico a los tres meses, camina al año, mal inmunizado. Medio socioeconómico deficitario. Sin enfermedades previas, salvo una convulsión por fiebre a los dos años. Comenzó hace tres días con fiebre y tos, por lo que fue llevado a la policlínica zonal donde se le indicó un antibiótico. Siguió igual y fue traído dos días después por persistencia de la fiebre alta, vómitos, distensión abdominal y diarrea. Al examen, crecimiento y desarrollo normales, lúcido, febril (39ºC), piel con lesiones eritematosas, anemia clínica, polipnea de 60 respiraciones por minuto, taquicardia de 130 cpm, hígado a 2 centímetros del reborde, vientre algo distendido, discretamente doloroso a la palpación profunda en FID, no se palpa el bazo. Estertores difusos en ambos campos pulmonares.

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2004-01-23   |   772 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 74 Núm.1. Enero 2003 Pags. 30-32. Arch Pediatr Urug 2003; 74(1)