Fragmento

Cierta ocasión me encontraba visitando la Escuela de Aeronáutica localizada al pie del famoso cerro Ticomán. Enfrente de la biblioteca de esta escuela me protegía del sol aprovechando la sombra de un frondoso árbol, pero recuerdo que la temperatura ambiente era agradable y por cierto no se respiraba smog. Envuelto en mis pensamientos de lo que era toda esa región advertí, que a unos pocos metros platicaban alegremente un par de jóvenes estudiantes y sin querer escuché con atención lo que decían: - ¡Quiubo güey! - ¡Que ondas güey! - ¿Dónde te la pasaste el fin de semana? - Pues fui a una tocada y estuvo muy chévere, lo único malo es que hoy por la mañana me levanté con un fuerte dolor de chompeta. - Uyyyy! Charro! Ni aguantas nada; pues yo fui a buscar a mi chava pero no la encontré, así que me fui al show y rematé en el fútbol, pero el .....che partido estuvo regacho, después .....nada. -Y que ondas ñizzz, vamos a clases. - Ya rugiste mi león y se alejaron alegremente. Chale carnal! ....yo creí que estaba en la Escuela de Veterinaria. Después de escuchar este breve diálogo juvenil me pregunté: ¿Qué no habrá otra forma de divertirse y adquirir un poco de cultura?..... Definitivamente, si.

Palabras clave:

2004-02-04   |   1,063 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 19 Núm.2. Septiembre 2002 Pags. 100-102 Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2002; 19(2)