Fragmento

1.- LA METÁFORA Y EL SUEÑO La poesía se sirve de la metáfora porque la idea no puede dejarse arrastrar por el duro significado de una palabra. La metáfora aparece como una alucinación cuando se despoja de sus atavíos de realidad. La expresión del verbo es impalpable porque presupone acción que puede ser ilusoria si no se la observa. Y el lector no comprueba; acepta solamente lo que se le dice. En este acontecer de impresiones, si la poesía es manifestación de un juego espiritual, que es igualmente intangible, nada más que imágenes atesoradas en el subconsciente pueden ser raíz y esencia de los versos. Estos índoles fugaces y descorporizadas tienen un símil en las ensoñaciones. El sueño como acto es inexpresivo pero la función de un cerebro recorriendo las indecisiones de una huidiza vigila puede adquirir intuiciones artísticas. Las ensoñaciones no esperarían más que intelectualizaciones para constituirse en percepciones literarias.

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2004-02-23   |   1,078 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 62 Núm.111. Julio-Diciembre 1997 Pags. 120-122 Rev Inst Med Su 1997; LXII(111)