Fragmento

¡Cosas veredes, Sancho!... Y he aquí que nos encontramos de frente a un Congreso más; éste, organizado en una espléndida ciudad, antítesis de los Imecas y la mancha urbana (y no me refiero únicamente al D.F.). Preparativos, un siempre sí voy de última hora, plantón o cambio de cita a la larga fila de nuestros pacientes que, envueltos en la congoja de su imperfección física, pulularán pacientemente en nuestros consultorios, como irredentas ánimas en pena, hasta que, al fin, habiendo saciado nuestra sed de saber, (y ¿por qué no? ¿qué tiene de malo un inocente paseo deducible de impuestos?) volvamos, ahítos de novedosas e intrincadas técnicas reconstructivas (así como de más deudas y regalos) a nuestros sitios de origen a predicar cual apóstoles del eutrofismo y pregoneros de la belleza sembrando felicidad a nuestro paso (y desde luego, toreando las demandas).

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2004-05-07   |   807 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 7 Núm.1. Enero-Abril 1997 Pags. 35-38 Cir Plast 1997; 7(1)