La psicología de las masas

Autor: Quijano Narezo Manuel

Fragmento

El año de 1997 ha sido pródigo en manifestaciones, plantones, marchas y toda clase de vociferantes expresiones multitudinarias a favor o en contra de problemas nacionales o internacionales, proyectos gubernamentales o privados, exigencia de derechos o protesta por su supuesta violación. Se llega a reclamar porque no se domina una enfermedad como el SIDA, porque nuestros atletas hacen mal papel en los juegos olímpicos o (como lo sufrí una tarde en la avenida Insurgentes), porque una radiodifusora descontinuó un programa de rock. Hace dos años alguien mencionó que se contemplaba la creación de una Procuraduría de la Salud con la intención de fiscalizar la labor de los médicos y velar por los derechos de los ciudadanos. Se podía palpar la irritación del gremio y empezaron a prepararse manifestaciones públicas en contra de la idea. El Gobierno rectificó la denominación de su intento, comprendió que al velar por los intereses de los pacientes debía velar también por los trabajadores de la salud e inventó un original sistema, la Comisión de Arbitraje Médico para solucionar las controversias entre las quejas de los usuarios (que no deben obstaculizarse) la investigación de posibles irregularidades, conciliar y a veces arbitrar querellas y, como fin último, elevar la calidad de los servicios. Ahora se ve claramente que la Comisión puede ayudar a los usarios descontentos pero definitivamente beneficia a la profesión médica al intervenir como mediador que conoce del asunto el doble punto de vista, es imparcial, justa y bien intencionada. Las protestas públicas no fueron necesarias y no tuvieron lugar.

Palabras clave: Comisión de arbitraje médico.

2004-06-10   |   1,025 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 40 Núm.6. Noviembre-Diciembre 1997 Pags. 203-204 Rev Fac Med UNAM 1997; 40(6)