Cartas al editor

Fragmento

Seguramente la mayoría de nosotros leímos hace años, en libros para escolares, que los griegos creían en los poderes curativos de las serpientes y que éstas eran signo de sabiduría y longevidad, por lo que varios de sus dioses eran representados con ellas. Más tarde, en el curso de Historia de Medicina aprendimos que la tradición convirtió a la serpiente y al báculo en símbolo de la medicina. Sabemos que Esculapio o Asklepios, hijo de Apolo y Coronis, debe haber existido alrededor de 1250 A. de C. y se le convirtió en el Dios de la Medicina: se le representaba como un hombre maduro en posición de pie, vistiendo una larga capa con el pecho desnudo y sosteniendo, como atributo, un bastón con una serpiente enroscada. Otras veces la serpiente estaba enroscada en su brazo y tenía un gallo a sus pies. Dos de sus hijos, Machaon y Podalirius aparecen en la Ilíada en calidad de médicos y héroes; y sus descendientes, los asclepiades formaron una casta de sacerdotes-médicos que, por siglos, hicieron famosas sus instalaciones en Epidauro. Los romanos le atribuyeron dos hijas: Hygeia (salud) y Panacea (la terapéutica que todo cura) que son, de cualquier manera bellas invenciones y abstracciones.

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2004-06-10   |   772 visitas   |   3 valoraciones

Vol. 40 Núm.6. Noviembre-Diciembre 1997 Pags. 243 Rev Fac Med UNAM 1997; 40(6)