Lecciones sacadas de personas con infección no progresiva por HIV

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Las enfermedades infecciosas pueden ser extremadamente variable en sus manifestaciones, sin embargo, la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV) se destaca por sus manifestaciones disímiles. Una de estas manifestaciones, la ausencia de cualquier progresión evidente durante una o más décadas, es especialmente curiosa. Aproximadamente el 5% de las personas infectadas se caracterizan por presentar una infección no progresiva debido a que permanecen sanas y no presentan la reducción en los conteos de linfocitos CD4+ que se hace evidente en las personas con una enfermedad progresiva. De estos pacientes podemos extraer importantes lecciones que pudieran ayudar a mejorar el tratamiento de aquéllos con una enfermedad progresiva. En los últimos estudios la mayoría de las personas estudiadas hacían ya más de 10 años que habían sido infectadas y algunas rebasaban los 15 años. Todos sin excepción presentaban fuertes respuestas inmunes a sus infecciones y se demostró que sus ganglios linfáticos conservaban una estructura que indicaba una respuesta sana a la infección. Por el contrario, durante las últimas etapas de sus infecciones aquéllos que presentaban una enfermedad progresiva tenían ganglios linfáticos muy afectados y respuestas inmunes generalmente deficientes. A pesar de lo evidente que parece no se puede llegar a ninguna conclusión de que las reacciones inmunes de las personas con infección no progresiva sean la causa de su estado especial porque esas respuestas inmunes saludables pueden ser reflejo de la ausencia de progresión. Los intentos por aislar el virus infeccioso del plasma de las personas con infección no progresiva fueron uniformemente negativos, pero en algunos casos se pudo obtener un cultivo a partir de las células de sangre periférica y en un estudio fue regularmente recuperado de las células de ganglios linfáticos. Cao, et al. estudiaron en detalles los virus recuperados y hallaron que algunas cepas se desarrollaron especialmente en forma deficiente, sin embargo, otras cepas se multiplicaron bien y los virus de personas asintomáticas generalmente se multiplican menos eficientemente que los de pacientes en un etapa tardía, lo que hace que sea imposible llegar a la conclusión de que la ausencia de una progresión de la enfermedad sea consecuencia de un defecto en el virus. Utilizando la reacción de la cadena de polimerasa para medir los ácidos nucleicos virales, ambos estudios hallaron que en comparación con las personas con una enfermedad progresiva, aquéllos que presentaban infecciones no progresivas tenían niveles más bajos de partículas virales en sus células monoclonales de la sangre periférica. Un estudio de las secuencias virales aisladas de una persona con una infección no progresiva reportó segmentos de DNA del VIH aislado en muestras acumuladas durante un período de 11 años mostraron sin excepción un evidente defecto, una supresión de porciones del crítico gen nef del VIH. Monos infectados con el virus de inmunodeficiencia de los simios (VIS) que presentan supresiones del gen nef también presentan una infección no progresiva, lo que indica en este caso puede que se haya encontrado la causa de la progresión. Informes avanzados de esta observación han estado circulando desde algún tiempo y muchos investigadores han buscado evidencias de supresiones del gen nef en los virus de otros pacientes con infección no progresiva, pero hasta ahora los intentos han sido en vano. Es una ironía de esta terrible enfermedad que la reacción inmune de una persona infectada puede ser lo suficientemente efectiva para eliminar la infección primaria. Por esta razón el virus con supresión del gen nef puede actuar como un tipo de vacuna de virus atenuado. Se ha comprobado que el VIS con supresión del gen nef actúa como una vacuna en los monos pero recientes evidencias de que los monos neonatos contraen el SIDA a partir de virus con supresiones de este tipo ha disminuido el entusiasmo. Fuente: Baltimore D.Lessons from people with nonprogressive HIV infection. N Engl J Med 1995; 332(4):259-60.

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2004-07-14   |   1,031 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 12 Núm.2. Abril-Junio 1996 Pags. Rev Cubana Med Gen Integr 1996; 12(2)