Fragmento

Para quienes se preocupan por la salud de las poblaciones y los grupos humanos, especialmente cuando se trata de describir el estado de salud de los mismos, hay dos disciplinas entrañablemente ligadas: la demografía y la epidemiología. Fueron los demógrafos alemanes, a finales del siglo XIX, quienes, a partir del diagrama de Lexis, formularon las distintas posibilidades de enfocar y representar uno de los aspectos esenciales e inherentes a ambas disciplinas: el tiempo. Tanto en demografía como en epidemiología, el concepto del tiempo es crucial y puede interpretarse según la perspectiva de la fecha de la observación, así como según la edad o trayectoria de vida que tienen los individuos. La incidencia de cualquier enfermedad, y en el caso que nos ocupa del cáncer, sólo podrá describirse de manera comprehensiva si se tienen en cuenta ambas perspectivas. Algunas veces se privilegiarán las miradas longitudinales, donde el interés prioritario es ver cómo se transforman los eventos en el tiempo, cómo individuos de una misma generación cambian o cómo se comportan cohortes que participan de un mismo evento; en otras ocasiones, el lente enfocará únicamente el momento actual, mirada requerida la mayoría de las veces para la toma de decisiones.

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2004-09-27   |   984 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 8 Núm.1. Enero-Marzo 2004 Pags. 3 Rev Col Cancerol 2004; 8(1)