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En la antigüedad, tiempos modernos y seguramente en esta era contemporánea, los humanos hemos planteado la cuestión ¿Hay alguien ahí afuera? Refiriendo a la posibilidad de vida inteligente fuera de nuestro tan golpeado planeta Tierra. Tal vez la pregunta fue vista como blasfemia y en algunos lugares todavía se piensa así. Para aquellos pensantes y especuladores, no cabe la menor duda que en la vastedad de tiempo y espacio, seguramente existen en más de un lugar las condiciones similares que ahora imperan acá en la Tierra. Aquí me pregunto ¿hay alguien ahí afuera?, no necesariamente tan lejos en espacio y/o tiempo sino que, en la misma profesión que nos brinda la subsistencia y ha llenado de satisfacciones para realmente valorar lo que se tiene, tan lejos como la punta de la nariz. La labor que he tenido oportunidad de realizar en la Revista ADM por más de ocho volúmenes se ha permitido crecer en el conocimiento de mis colegas. Representa un gran compromiso saber que somos el órgano de difusión dental más leído en América Latina, esto ha sido posible gracias a la confianza y dedicación de autores, revisores y algunos patrocinadores que con continuado esfuerzo hacen posible una revista profesional, dinámica y versátil que se va acomodando a los tiempos que se van viviendo. Después de un profundo análisis detectamos que aún tenemos dos grandes problemas que aquí comparto con los amables lectores y que me atrevo a reproducir conociendo la madurez de los que están ahí afuera: El primero: los fabricantes globales de productos dentales no tienen oficinas centrales en nuestro país. Esto hace que la publicidad disminuya cuando el negocio no va bien acá, retiran sus anuncios y los pocos que contratan lo hacen con revistas “patito” que ni siquiera están indexadas dejándose llevar por la ilusión de que más gente los ¿ve?, esto ha retrasado el plan de salir mensualmente que fue propuesto en 1990. Tenemos material de calidad sólo falta el patrocinio. La segunda dificultad es que existen intereses que pretenden suplir a la Revista ADM con minuncias y disolver lo logrado a través de 53 años, lo más grave de todo es que, los que nos han propuesto su remplazo y/o desaparición son gente de empresa y renombrados colegas que dicen que trabajan para ADM, obviamente que con pobre espíritu piensan para sus bolsillos y no en el consolidar la fortaleza y credibilidad de nuestra asociación, simplemente, no se vale. La misión de la letra es iluminar la obscuridad y/o reforzar lo conocido, como nos dice San Juan 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Elías Grego Samra Editor

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2004-10-15   |   621 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 53 Núm.3. Mayo-Junio 1996 Pags. 117 Rev ADM 1996; LIII(3)