Drogas marcadas

Autor: Gerson Cwilich Raquel

Fragmento

Sueño con ritmos domados al yugo del rígido acento, libres del rudo carcán de la rima. Manuel González Prada (1844-1918) En un principio... la biotecnología se basó en la ingeniería genética para producir proteínas útiles a granel. Para el campo de la medicina, útil equivalía a terapéutico y de aquí que uno de los primeros productos de la biotecnología, fuese un tipo de insulina donde el nombre mágico de “insulina humana” fue tomado literalmente de un gen humano, por el aparato productor de proteínas de una bacteria. Pronto, la biotecnología creció exponencialmente por el acopio masivo de fondos bursátiles que prometían -y cumplieron a pocos- fabulosas ganancias a quienes estaban dispuestos a aventuras financieras sobre la base de la fabricación a partir del conocimiento y manipulación de los genes. Las actividades biotecnológicas se encaminaron enseguida a las citoquinas, esos mensajeros que regulan el sistema inmunológico para, después de muchos fracasos y bancarrotas llegar con dificultad a una versión artificial de la citoquina beta interferon, en el tratamiento de algunos tumores y de la esclerosis múltiple. Empero, fue agotador adentrarse en los secretos de la sepsis, y llegar a conocer con mayor profundidad el sustrato biológico de los fenómenos: La sepsis implica reacciones en cascada de la respuesta inmunológica e infecciones que llegan a terminar con muchos pacientes de hospital. Este conocimiento biológico progresó hacia la fabricación de hormonas y de una enzima que penetra el moco que bloquea las vías aéreas de quienes padecen fibrosis quística.

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2004-11-02   |   726 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 40 Núm.2. Abril-Junio 1995 Pags. 52-53 An Med Asoc Med Hosp ABC 1995; 40(2)