La traducción por intermediario:

una fuente de "ruido" en la información 

Autor: Hedman Marrero Humberto

Fragmento

Traducir es transpensar José Martí La tarea de traducir presupone el dominio de dos instrumentos lingüísticos: la lengua de partida y la de arribo; sobre todo la última, por constituir el idioma en el que se consumirá o servirá la información reproducida. Pero cuando, aparte de esas dos lenguas, interviene un tercer sistema lingüístico que ha servido de intermediario entre el texto original y el producto final, los "ruidos" o inexactidudes que se introducen de una versión a otra estarán multiplicados exponencialmente, algo que —hasta cierto punto— es lógico que ocurra en tal proceso de retraducción. Como bien se ha dicho: "Traducir no es más que hacer una sustitución, y esto parece que no puede practicarse si anticipadamente no se conocen unos y otros, para saber los que pueden sustituirse; y así a primera vista no se cree que la traducción pueda enseñarnos cosa alguna, pues al contrario, es preciso saber para traducir, y no traducir para saber." Cada idioma responde a la idiosincrasia de determinada comunidad étnica, e incluso, en un período o época está también determinado por circunstancias sociales y temporales. Ferdinand de Saussure, preguntándose sobre las relaciones existentes entre la lingüística y la psicología social, plantea que "...en el fondo todo es psicológico en la lengua". Profundizando en el tema, Sapir enseña que "...no tenemos más remedio que aceptar el lenguaje como un sistema funcional plenamente forma do dentro de la constitución psíquica o ‹espiritual› del hombre".

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2004-11-12   |   421 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.2. Mayo-Agosto 1995 Pags. 44-48 Acimed 1995; 3(2)