Fragmento

Introducción Durante las últimas décadas, la hematología al igual que el resto de las distintas áreas de la medicina, ha tenido grandes avances. Lo anterior ha sido posible, en gran medida, a los alcances logrados en diversos campos de la biología experimental tales como: la genética, la bioquímica, la biología celular y la biología molecular. Así pues, a partir de estudios en ratones, en los que se emplearon diversas técnicas de separación celular y microscopía, así como algunos marcadores cromosómicos, fue posible demostrar en la década del 60’, la existencia de células hematopoyéticas (stem cells) capaces de autorrenovarse y dar origen a los diversos tipos de células sanguíneas. Años más tarde, fue posible el desarrollo de métodos para el cultivo in vitro de células hematopoyéticas primitivas. Gracias al uso de técnicas bioquímicas, en los años 70’s se logró identificar y purificar varias proteínas reguladoras de la hematopoyesis (citocinas). En los años 80’s, a través de técnicas de biología molecular, fue posible clonar los genes de dichas proteínas y producirlas en forma recombinante. En esa misma década se descubrió la presencia de una molécula de membrana, conocida como antígeno CD34, en las células hematopoyéticas más inmaduras.

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2004-11-19   |   2,513 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 136 Núm.2. Julio-Agosto 2000 Pags. 155-156 Gac Méd Méx 2000; 136(Supl. 2)