Edad y cáncer

Autor: García García Germán

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Académico Dr. Germán García García La edad de un individuo es un punto en la curva de su longevidad. En lo concerniente al cáncer, la enfermedad cancerosa es un suceso, pero el mecanismo que la originó es un proceso. La incomprensión de ambos términos ha creado con frecuencia mucha confusión. La carcinogénesis se origina virtualmente en el óvulo fecundado y no concluye con la extinción del individuo, ya que el canceroso muere antes que su cáncer. Células obtenidas en la necroscopia de un canceroso son “inmortales”, lo cual no ocurre en el cultivo de cualquier fragmento tisular. El “factor tiempo”, presunto intervalo de la carcinogénesis, es ineludible en el proceso cáncer, inherente a la vida del hombre. Este es un híbrido genética-ambiente el cual durante el mecanismo de crecimiento alcanza momentos de impredictibilidad. No sabemos si una neoplasia cancerosa va a permanecer in situ o infiltrará y metastatizará; ignoraos las contribuciones individuales de la genética y del ambiente. Funciona aquí el principio de incertidumbre emitido por Werner Heisenberg en 1927. Tampoco sabemos a priori el destino de un cáncer, destino que va creándose durante su caminar. Toda esta fenomenología puede realizarse a cualquier edad. No existe edad de cáncer Sin embargo, la integración de un momento con las características descritas requiere tiempo, ya que postulamos que no existen cánceres exclusivamente genéticos ni tampoco cánceres exclusivamente ambientales, y esto en virtud del hibridismo humano. Al avanzar la edad, aumenta también la probabilidad de integración en el proceso, no de un suceso de insólita aparición, como son los cánceres del hombre. Por ejemplo, la incidencia de cáncer por encima de 65 años es diez veces mayor que la de un joven, nos referimos a los denominados cánceres sólidos (mama, pulmón, colon, próstata).1 El intervalo cáncer-muerte fluctúa con arreglo a la especie animal, según las diferentes expectativas de sus vidas; pudiéndose afirmar en una primera aproximación, que es una pseudoconstante en el perro, el caballo, la tortuga y el hombre. Al aumentar la longevidad aumenta también el espacio cáncer-muerte. Surge ahora la pregunta: ¿Convendría aumentar la expectativa de vida del hombre actual? Con ello aumentaría también la incidencia de cáncer. La muerte en sujetos jóvenes suele ser ajena al cáncer. Sin embargo, no es importante alargar la vida, sino la calidad de vida que se ofrece al hombre muy longevo. En suma: no existe edad de cáncer, pero sí existen momentos propicios de cáncer a todo lo largo de la vida del hombre. REFERENCIAS 1. Cohn HJ. Geriatric principles of treatment applied to medical oncology: an overview. Seminar in oncology 1995; (supl.) 22:1. 2. Fitzgerald K. The age of cancer. The Sciences 1992; 55.

Palabras clave: Longevidad cáncer neoplasia cancerosa.

2005-02-01   |   6,999 visitas   |   4 valoraciones

Vol. 63 Núm.3. Mayo-Junio 1995 Pags. 83 Cir Ciruj 1995; 63(3)