Mi hospital predilecto

Autor: Moncada Ochoa Carlos

Fragmento

El hospital -todo hospital- tiene un efecto psicológico inmediato en quien toca a sus puertas en demanda de alivio. Cualquiera que sea la urgencia que motiva el traslado de un enfermo o un accidentado al hospital, en cuanto se trasponen las puertas del edificio y se percibe la presencia del médico, el ánimo se tranquiliza. Uno, simple mortal, tiene la impresión de que en el hospital necesariamente se encuentra la salud lo cual, desde luego, ocurre la mayoría de las veces, pero no siempre. Cuando me avisaron que mi amigo Fernando Romero Santander había muerto, víctima de un terrible infarto, exclamé: “Pero ¡cómo! ¡Si lo llevaron al hospital!”.

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2005-07-08   |   721 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.1. Enero-Junio 2005 Pags. 1 Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2005; 22(1)