A propósito de los riesgos epidemiológicos.

Autor: Quijano Narezo Manuel

Fragmento

Debido al tiempo que normalmente se lleva la preparación, corrección, revisión de pruebas de imprenta, impresión, encuadernación y distribución oportuna, los editoriales deben prepararse con tanta anticipación que no pueden tratarse temas que, al lector, le parezcan de actualidad. Hoy es el día internacional de lucha contra el tabaquismo, y a través de la radio, la TV, la prensa diaria y cartelones se insiste al público en forma tan entusiasta y autoritaria de los peligros del hábito, que hace desconfiar de la veracidad de las cifras que tan alegremente manejan: mortalidad general, sitios donde el efecto cancerígeno es dominante, magnitud del daño en el “fumador pasivo” (casi lo equiparan con el del activo), efecto sobre el feto etc. Hastiados o acostumbrados como todos estamos (o precisamente por ello) a la publicidad machacona de la televisión, la insistencia exagerada se vuelve contraproducente y casi nos sentimos solidarios de los fumadores. Cuando preguntan los locutores porqué una persona persiste en su hábito conociendo los posibles resultados, insinuando que se trata de retrasados mentales, nadie parece acordarse que el tabaco produce placer al fumador y muchos de ellos consideran que su satisfacción por haberlo empleado por 30 ó 40 años, es buen precio por acortar la vida uno o dos años, o que no hay mucha diferencia entre fallecer por una de esas espantables causas con que los amenazan o por cualquier otra enfermedad o accidente. Entiéndase bien: no estoy recomendando el hábito, sino diciendo que la campaña debe cuidar sus métodos y argumentos si quiere obtener éxito amplio y duradero.

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2005-09-03   |   3,261 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 48 Núm.5. Septiembre-Octubre 2005 Pags. 173-174 Rev Fac Med UNAM 2005; 48(5)