Fragmento

El primer programa de tamiz neonatal fue creado por Guthrie en 1963. Desde entonces la muestra de sangre que se deposita en el papel filtro o "tarjeta de Guthrie" se ha obtenido mediante la punción del talón del neonato de dos o tres días de vida. Este método se sigue empleando en la mayoría de los países desarrollados con sistemas de salud y educación y han motivado a los padres a llevar a sus hijos para realizar la prueba de tamiz en el tiempo adecuado, entre los tres y los siete días de vida. En contraste, en países donde dicha prueba no es muy conocida por la población y los egresos de las maternidades son muy tempranos (antes de las 24 horas) se requieren otras estrategias para que todos los recién nacidos se sometan al tamiz. La muestra por punción del talón después de 48 horas de vida tiene enormes ventajas, especialmente para identificar errores innatos del metabolismo (EIM), tales como trastornos de los aminoácidos, ácidos orgánicos y ácidos grasos. Sin embargo, en unidades médicas donde se puede "perder" al recién nacido por egreso temprano de la madre y debido a dificultades geográficas, económicas y culturales para regresar a la unidad médica una buena alternativa es la toma de la muestra por punción del cordón umbilical. Debemos señalar que las muestras obtenidas por punción del cordón umbilical sólo sirven para la detección oportuna de pocas enfermedades tales como hipotiroidismo congénito, hiperplasia suprarrenal congénita, toxoplasmosis congénita y fibrosis quística, pero no son útiles para detectar otros padecimientos como los trastornos de los aminoácidos y de los ácidos orgánicos, ya que su diagnóstico correcto depende de la ingesta del neonato de leche materna o maternizada. Actualmente algunos países cuentan con técnicas analíticas muy especializadas (espectometría de masas en tandem) que permiten detectar los EIM aún en muestras tomadas en forma muy temprana; sin embargo, a este tipo de tamiz sólo puede acceder un pequeño porcentaje de la población.

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2002-12-20   |   18,928 visitas   |   Evalua este artículo 1 valoraciones

Vol. 21 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2000 Pags. 252-256. Acta Pediatr Méx 2000; 21(6)