Los tumores del estroma gastrointestinal (GIST por sus siglas en inglés), tienen su origen en las células intersticiales de Cajal; el marcapaso gastrointestinal y la marca de la movilidad de este aparato. Esta enfermedad ha tenido una definición cambiante. Históricamente era difícil distinguirla de los sarcomas de los tejidos blandos, pero actualmente, las nuevas técnicas de inmunohistoquímica, permiten detectar la sobreexpresión del c-Kit presente en el 95% de los pacientes. Desde el punto de vista epidemiológico, universalmente, estos tumores son diagnosticados entre 10 y 20 casos por millón, anualmente. Representan del 0.1 al 3% de todos los cánceres gastrointestinales y aproximadamente el 5% de todos los sarcomas de tejidos blandos, diagnosticándose en pacientes con una media de 58 años de edad, destacando que entre el 10 y 30% de estos tumores, son sumamente malignos, desarrollando metástasis a hígado y peritoneo.1 Clínica y patológicamente los GIST representan un espectro de tumores que incluye variantes malignas y benignas, caracterizándose la malignidad por el incremento de actividad mitótica y el desarrollo de tumores de gran tamaño. Sin embargo, la predicción del potencial de malignidad puede ser difícil de establecer, ya que también los tumores pequeños con actividad mitótica baja pueden metastatisar. La localización anatómica es importante, tumores GIST pequeños localizados en el intestino delgado, pueden tener un pronóstico pobre comparados con los tumores de gran tamaño, localizados en el estómago.
2006-02-24 | 1,128 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 4 Núm.1. Marzo 2005 Pags. 7-9 Gamo 2005; Supl(1)