Estado de salud de conductores profesionales que circulan por la Vía Blanca

Autores: Guanche Garcell Humberto, Suárez Enríquez Tomás, Gutiérrez García Francisco, Martínez Quesada Carlos E

Resumen

Como parte de un estudio dirigido a identificar factores de riesgo de accidentes en conductores profesionales, se incluyó la valoración de su estado de salud. En este sentido se realizó un estudio observacional descriptivo de aquellos que conducían vehículos por la carretera de Vía Blanca. A 832 conductores se les registró la tensión arterial y mediante una entrevista bien estructurada se identificaron otros aspectos del estado de salud. Fueron estimadas las frecuencias y sus respectivos intervalos de confianza de 95% en cada una de las categorías de las variables. La edad media de los conductores fue de 42,49 años con 42 (5,04%) con edad mayor o igual a 60 años. El 25,44% (intervalo de confianza: 95% 21,65-29,23) refirió padecer alguna enfermedad, entre las que la hipertensión arterial (12,15%), el asma bronquial (5,18%), la diabetes mellitus (1,99%), la úlcera péptica (1,68%), las enfermedades del corazón (1,61%) y la sacrolumbalgía (1,26%) fueron las más frecuentes. El 18,37% (intervalo de confianza: 95% 14,93-21,80) utilizaba medicamentos regularmente, fundamentalmente antihipertensivos, broncodilatadores, hipoglicemiantes, vasodilatadores, psicofármacos y antihistamínicos. El 69,38% presentó cifras elevadas de tensión arterial, de los cuales tenían hipertensión grado II el 33,78%. Los problemas de salud y la utilización de medicamentos en conductores profesionales en la carretera más peligrosa del país constituyen factores de riesgo frecuentemente observados, por lo que se hace necesario fortalecer el sistema de evaluaciones médicas de los conductores profesionales.

Palabras clave: Factores de riesgo accidentes de tráfico conductores profesionales hipertensión arterial medicamentos enfermedades estado de salud.

2006-08-14   |   1,301 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 32 Núm.2. Abril-Junio 2006 Pags. Rev Cubana Salud Pública 2006; 32(2)