Santiago Ramón y Cajal:

Cien años de un premio Nobel 

Autor: Chuaire Noack Lilian

Fragmento

“Mi atención perseguía, en el vergel de la sustancia gris, células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental” Con estas cortas y ensoñadoras líneas quiso Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) explicar en sus “Recuerdos de mi vida” las motivaciones internas que lo llevaron a dedicarse, de manera exclusiva, a la exploración del sistema nervioso hacia 1887, cuando contaba con 35 años de edad y acababa de ser nombrado catedrático numerario de Histología e Histoquimia normales y Anatomía Patológica de la Universidad de Barcelona . Para ese entonces era un joven pobre y ambicioso, dotado con una inagotable capacidad de asombro. Gran observador de los fenómenos naturales y además aventajado intérprete de ellos, le atraían diversos campos de la investigación biomédica. Así, con una memoria titulada “Estudios sobre el microbio vírgula del cólera y las inoculaciones profilácticas” y con su “Contribución al estudio de las formas involutivas y monstruosas del coma-bacilo de Koch” incursionó en el campo de la microbiología, al que abandonó poco después de haber tenido serias discusiones académicas y científicas con el creador de la primera vacuna anticolérica, el controvertido médico catalán Jaime Ferrán (1852-1929). Su interés por la anatomía comparada, que abordó desde un punto de vista filogenético, muy darwiniano, fue determinante en su concepción del “Manual de histología normal y de técnica micrográfica”, así como del estudio “Estructura de los centros nerviosos de las aves” . Con el fin de justificar la escogencia del método ontogénico en sus investigaciones, que lo llevó a utilizar embriones de aves y mamíferos, en contra del método tradicional con animales adultos, explicó en sus Recuerdos: “El (medio) más natural y sencillo al parecer, pero en realidad el más difícil, consiste en explorar intrépidamente la selva adulta, limpiando el terreno de arbustos y plantas parásitas, y aislando cada especie arbórea tanto de sus parásitos como de sus congéneres… Mas semejante táctica resulta poco apropiada a la dilucidación del problema propuesto, a causa de la enorme longitud y extraordinaria frondosidad del ramaje nervioso, que inevitablemente aparece mutilado y casi indescifrable en cada corte… Puesto que la selva adulta resulta impenetrable e indefinible, ¿por qué no recurrir al estudio del bosque joven, como si dijéramos, en estado de vivero? Escogiendo bien la fase evolutiva (del embrión)… las células nerviosas, relativamente pequeñas, destacan íntegras dentro de cada corte; las ramificaciones terminales del cilindroeje dibújanse clarísimas y perfectamente libres; los nidos pericelulares, esto es, las articulaciones interneuronales, aparecen sencillas, adquiriendo gradualmente intrincamiento y extensión; en suma, surge ante nuestros ojos, con admirable claridad y precisión, el plan fundamental de la composición histológica de la sustancia gris” .

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2006-10-13   |   992 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 37 Núm.3. Julio-Septiembre 2006 Pags. 247-248 Colomb Med 2006; 37(3)