Fragmento

Gracias al mejoramiento de la calidad de vida, así como de los progresos científicos, hoy en día se ve incrementada la vida media de los individuos, lo que genera un aumento en la población de ancianos. Por un lado, esto parece magnífico y optimista, sin embargo, para muchas sociedades la vejez continúa representando un problema, pasando por alto que esta etapa de la vida es producto de la historia personal del individuo que conlleva tanto cambios fisiológicos, como el deterioro paulatino de la mente y la pérdida de la adaptabilidad a la evolución de la vida moderna. Debemos tener presente que el viejo es también un ser humano, miembro de la sociedad y con el derecho de elegir libremente la forma en que ha de vivir, contar con los recursos y apoyos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas de atención médica, social y psicológica, lo que no debe ser un asunto de caridad, sino el ejercicio de un derecho social, y recordar que el hecho de haber alcanzado la etapa de la tercera edad, no significa que haya llegado la hora de su muerte. La experiencia acumulada en las personas de edad avanzada, es un recurso que aún no aprendemos a aprovechar; por el contrario, actualmente son rechazadas y abandonadas y tal parece que nos son indiferentes, dado que día a día se abre más la brecha entre sus necesidades socioeconómicas y los servicios y remuneraciones de que disponen. Todo esto se ha ido acentuando por el deterioro actual de los valores socio-culturales que ofrecen imágenes deformadas del proceso del envejecimiento y de la ancianidad. Claro está que esto guarda un estrecho paralelismo con la capacidad económica de los países pero desgraciadamente en todos lados los valores, necesidades y servicios son medidos en términos de inversión y rentabilidad financiera y la productividad del hombre se expresa sólo en términos monetarios. En la república mexicana, a diferencia de otros países en vías de desarrollo, aún existe un buen número de familias que comparten su vivienda, con personas mayores de 60 años, fenómeno derivado de factores culturales.

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2006-11-14   |   2,384 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 49 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2006 Pags. 246-247 Rev Fac Med UNAM 2006; 49(6)