Cirugía y docencia

Autor: Espinoza González Ricardo

Fragmento

Cuando se piensa vaticinar, en este caso sobre la docencia en Cirugía, las más de las veces nos equivocamos. Y ello ocurre porque en un área científica como ésta, los cambios que se suceden pueden ser tan espectaculares como sorpresivos, que nos quedamos fácilmente cortos. Con esas salvedades, me puedo aventurar a compartir con ustedes cuáles son, desde una perspectiva académica, los aspectos que me parecen serán los más relevantes para las décadas siguientes. Primero, que la docencia quirúrgica necesitará cada vez más de laboratorios para el desarrollo de destrezas. Ello permitirá que un grupo de médicos cada vez más seleccionados pueda, efectivamente, entrenar sus habilidades antes de tomar contacto con los pacientes. En distintas áreas de la Medicina hoy ya es realidad una docencia en fantomas; existen modelos que van desde la enseñanza de la Morfología, a complejos desafíos quirúrgicos y de reanimación. Sin embargo, su utilización no está ampliamente difundida, pero es esperable que las facultades deban incorporar y desarrollar en forma significativa estas formas complementarias de enseñanza. En segundo lugar, y que en parte se desprende del punto anterior, es que la Cirugía será cada vez más especializada. Cada día nos encontramos con más y más profesionales que han seguido una ruta de ultraespecialización, que inevitablemente lleva a que las generaciones más jóvenes se encuentren ante la necesidad de avanzar todavía un paso más en la misma dirección. Ello puede llevar a que el entrenamiento en técnicas generales se acorte, para dar más espacio al desarrollo de áreas específicas de la Cirugía, con el consiguiente e irreversible reduccionismo del quehacer quirúrgico. Esto no es más que una prolongación del ya dilatado proceso de fragmentación de la Cirugía, del que hemos sido testigos en la segunda mitad del siglo recién pasado.

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2007-01-27   |   901 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 57 Núm.5. Septiembre-Octubre 2005 Pags. 365 Rev Chil Cir 2005; 57(5)