Fragmento

La maternidad-paternidad adoptiva de hermanos tiene una realidad propia por sus especificidades. La pareja sin hijos pasa, de una convivencia de a dos, a constituir una familia con mayor número de integrantes. Estos padres deben enfrentar cambios en la organización familiar, una tarea que es compleja por la necesidad de cuidado de los nuevos componentes. Con el nacimiento de un hijo se reacomodan las relaciones de la pareja con la generación que la precede. El deseo hacia el hijo permite que éste se desarrolle en un contexto donde la ternura y la protección se unen a la legalidad transmitida a través de las generaciones.

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2007-03-16   |   1,002 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 105 Núm.1. Enero-Febrero 2007 Pags. 74-76 Arch Argent Pediatr 2007; 105(1)