Fragmento

La Sociedad de Cirujanos de Chile ha instituido en su filial de la Quinta Región la distinción de Maestro Regional de la Cirugía para honrar al cirujano cuya trayectoria profesional se haya destacado de modo relevante por sus contribuciones científicas y docentes, por su espíritu de servicio, por su protagonismo en el progreso de la cirugía, por su ejemplo y por su ascendiente moral y humano entre sus pares. Todas estas virtudes, llevadas al grado de excelencia, configurarían, por si mismas, una personalidad médica destacada y respetable, pero la significación que se da en medicina al título de Maestro incorpora características aún más especiales. Situamos en esa categoría a quien logra, en el desarrollo de su carrera, atraer a discípulos, generar entusiasmo por trabajar en equipo y crear y conducir proyectos. A quién se entrega a un servicio desinteresado y enseña generosamente y, en el caso especial de la cirugía, al que está dotado de las habilidades y destrezas para actuar en las operaciones de mayor dificultad y complejidad. Pero, por sobre todo, al que sin aspavientos, con gentileza e inteligencia, va sembrando la semilla, mostrando el camino e infundiendo confianza y entusiasmo en los principiantes. Dicho con los versos de Dante: “E poi che la sua mano a la mia pouse con lieto volto, y ond'io mi confortai, mi mise dentro a la segrete cose”. Que significa: “y después de haber puesto su mano en la mía con rostro alegre, que me reanimó, me introdujo en medio de las cosas secretas”. Y no es por acaso que recurro a la Divina Comedia, una de las obras preferidas del Dr. Venezian, cuyas estrofas más de una vez le he oído recitar en un italiano ciertamente superior al que yo he podido leer ahora.

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2007-03-22   |   1,094 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 56 Núm.3. Mayo-Junio 2004 Pags. 289-292 Rev Chil Cir 2004; 56(3)