Las ocho leyes y los cuatro pasos del liderazgo

Autor: Less William

Fragmento

Nadie sigue a nadie si no se siente motivado a hacerlo. La buena fortuna o circunstancias especiales pueden desempeñar un papel, pero la mayoría de las veces todo es por acciones definidas que el líder ha emprendido. A todo el mundo le gusta sentirse importante, desde el niño más pequeño hasta la abuela o el abuelo más viejos. Después de la ley de supervivencia, ésta es una de las más importantes necesidades humanas. Es de hecho un motor de la conducta. Hacer que el personal del consultorio se sienta importante es un motivador más poderoso que el dinero, los ascensos, las condiciones de trabajo y casi cualquier cosa. Si tenemos más poder que la otra persona, tal vez saldremos adelante. Nuestro subordinado tendrá que soportar nuestras frases y quizá no discutirá porque no siempre hacemos todo lo posible para que el otro se sienta importante. Los analistas denominan a este estilo de mal liderazgo como “falta de respeto del patrón”. Muchos líderes no dirigen, se enfrentan con sus subordinados, los confrontan contra otros con una proverbial falta de respeto. Sin embargo, una cosa es segura, la persona a quien se le está haciendo esto no lo agradecerá. No podrá confiar en que esa persona siga su guía o sus intenciones Estas ocho leyes no vienen en un orden particular, salvo la primera, que es fundamental e indispensable. Sin una confianza básica entre el líder y los seguidores siempre se dudará del líder y éste tendrá dificultades aun si aplica debidamente los principios restantes.

Palabras clave:

2007-06-11   |   2,760 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.35. Junio 2007 Pags. 6 Odont Moder 2007; 3(35)