El rol de las Sociedades Científicas en la formación de especialistas

Autor: Toro Álvarez Carlos C

Fragmento

La educación médica en toda su extensión, desde el pregrado al postítulo, es una tarea compleja y no sólo una simple acumulación de conocimientos y experiencias clínicas obtenidas al correr de las actividades propias del ámbito de los servicios asistenciales, pues si bien estos últimos son irreemplazables para el entrenamiento de los profesionales, no es menos cierto que para ello deben ser orientados por el saber académico en sus vertientes científicas y docentes. La formación de los médicos tiene claramente dos aspectos que, siendo complementarios e íntimamente ligados entre sí, se distinguen netamente. El primer aspecto es estructural, homogéneo, relativamente estable y de naturaleza esencialmente educacional, en el sentido de “dar instrucción mediante acciones docentes”. Corresponde al punto de partida y a los fundamentos del arte y la profesión médicos. Comprende el pregrado y la formación de especialistas, se desarrolla en secuencias y plazos preestablecidos, culmina en hitos marcados a su vez por el título profesional y los certificados o títulos universitarios de especialistas, que dan cuenta del cumplimiento de un programa formal y del dominio de los contenidos y la adquisición de destrezas básicas predeterminadas, a partir de las cuales, en virtud al espíritu crítico y a la disposición a aprender -que deben inculcar- el médico será capaz de ejercer autorizadamente y mantenerse actualizado, perfeccionarse y adaptarse al cambio. Su carácter de fundamento teórico y práctico, exige su revisión permanente y capacidad de adaptación, pero le impone también cautela y prudencia ante los distintos tipos de demandas que recaen sobre la educación y el ejercicio profesionales. Esta parte estructural de la educación médica exige estrategias educacionales orientadas por propósitos claros, objetivos definidos, contenidos precisos, experiencias de aprendizaje y sistemas de evaluación apropiados, cuyo diseño y ejecución requiere de las pericias propias de la Universidad, a la que corresponden la investigación y la educación superior por misión y mandato social. Sin embargo, las facultades de medicina no podrían cumplir bien esta misión de educar si careciesen de una visión en la perspectiva global del mundo y la profesión, más allá del cultivo de las ciencias y del empleo de sus medios académicos.

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2007-08-31   |   755 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 59 Núm.4. Agosto 2007 Pags. 255-256 Rev Chil Cir 2007; 59(4)