La espiritualidad y su relación con la recuperación del alcoholismo en integrantes de Alcohólicos Anónimos (AA)

Autores: Gutiérrez Reynaga Reyna, Andrade Palos Patricia, Jiménez Tapia Alberto, Juárez García Francisco

Resumen

Dentro de la investigación sobre alcoholismo se atribuye gran importancia a la espiritualidad. Algunos investigadores guardan distancia con este concepto, sin embargo, otros coinciden en señalar que ésta y otras variables protegen a los individuos de la adicción, favorecen el proceso de tratamiento y son mediadores de largos periodos de abstinencia. La suposición de un vínculo entre la espiritualidad y el alcoholismo se debe a la existencia de los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA). Actualmente, el trabajo de AA es una de las aproximaciones más populares en la recuperación del alcoholismo y aunque su efectividad es un tema controvertido, diferentes investigaciones sugieren que la asistencia a este tipo de grupos puede ser benéfica, especialmente para quienes participan más en las actividades y creencias al interior de los mismos. Un concepto central en AA es la aceptación de una fuerza espiritual procedente de un poder superior para la recuperación del alcoholismo que implica aceptar la espiritualidad, que es vista como una experiencia de transformación o de “despertar espiritual” como resultado de asistir a los grupos AA y de la práctica de los 12 pasos. En nuestro país hay pocas investigaciones sobre la participación de la espiritualidad en la recuperación del alcohólico. El objetivo de este trabajo es conocer en qué medida la práctica de los 12 pasos y la periodicidad de la misma, además de la experiencia del “despertar espiritual” influyen en el mantenimiento de la abstinencia en miembros de AA. Se trabajó con una muestra no probabilística de 192 miembros de AA quienes participan en los grupos tradicionales o de “hora y media” del área sur de la Ciudad de México. La muestra se subdividió en dos grupos: recaídos (n = 49) y no recaídos (n = 143). Se diseñó una pregunta para explorar la práctica de cada uno de los pasos del programa de inducción a la abstinencia y una escala que exploró la periodicidad de su ejercicio. Dado que AA contempla la idea de un “despertar espiritual” como resultado de la práctica de los 12 pasos, se introdujo una pregunta que exploró su ocurrencia. Los resultados mostraron que, en promedio, los AA no recaídos han practicado un mayor número de los 12 pasos (Media = 9, SD = 4.1) que quienes han recaído (Media = 7, SD = 4.4) con diferencias significativas entre ambos grupos (t = 2.304, gl = 190, p = .02). Dado que AA asume que la práctica de los 12 pasos conduce al despertar espiritual, se realizó un análisis de regresión logística para probar esta asunción. Los resultados sugieren que un mayor involucramiento con los pasos 4° al 12° (convencionalmente considerados por AA como pasos de acción y mantenimiento) aumenta 10% la probabilidad de lograr un “despertar espiritual” (p = .000) y que tal experiencia eleva 2 veces la probabilidad de mantener la abstinencia en los AA que la han alcanzado (Exp[B = 2.095, IC = 1.032-4.253, p = .04). Los resultados de este estudio mostraron que espaciar o nunca practicar los 12 pasos genera niveles bajos de espiritualidad y que éstos pueden causar recaída, en tanto que una mayor espiritualidad tiene implicaciones importantes para la recuperación del alcohólico. Asimismo, en esta muestra, la vía para desarrollar la espiritualidad y el mantenimiento de la abstinencia, requiere de actividad cognitiva, emocional y conductual y no sólo convencimiento de la enfermedad y de su probable solución. Los 12 pasos representan una forma particular de expresar la espiritualidad que se encuentra limitada por prácticas y cogniciones específicas, por lo que son necesarias investigaciones adicionales para confirmar estos resultados con otras medidas de espiritualidad.

Palabras clave: Espiritualidad 12 pasos abstinencia recaídas Alcohólicos Anónimos (AA) alcoholismo.

2007-09-07   |   45,924 visitas   |   10 valoraciones

Vol. 30 Núm.4. Julio-Agosto 2007 Pags. 62-68 Salud Ment 2007; 30(4)