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Introducción El hallazgo frecuente de un nódulo pulmonar solitario (NPS) en una radiografía de tórax o en una tomografía computada (TC) representa un desafío, dado que dentro de su diagnóstico diferencial se encuentran diversas lesiones malignas y benignas. Para su manejo se requiere de una evaluación multidisciplinaria del paciente, la que comienza con una adecuada historia y examen físico que ponga énfasis en los factores de riesgo orientadores de lesiones malignas. Éste enfrentamiento clínico, sumado a las características radiológicas del NPS, permitirán mensurar el riesgo de malignidad en cada caso y orientar el curso de acción. Esta información junto a la entregada por un TC de tórax permite un enfrentamiento criterioso y costo-efectivo, que considere el riesgo de malignidad y las preferencias del paciente, permitiendo optar razonablemente entre el amplio espectro de posibilidades, que incluyen desde la observación y seguimiento con imágenes hasta la cirugía. El manejo de un nódulo pulmonar solitario, inicialmente detectado en una radiografía de tórax o en una tomografía computada, representa un problema en la práctica clínica. La incidencia de NPS detectados como hallazgo en radiografías de tórax varía entre un 0.09-0.2%; alrededor de 3/4 de estos pacientes son asintomáticos. En fumadores mayores de 50 años, la incidencia de NPS varia entre un 23-51%, y el problema radica en la conducta a seguir, ya que se puede tratar de una lesión benigna o maligna.

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2008-04-09   |   907 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 60 Núm.1. Enero-Febrero 2008 Pags. 71-78 Rev Chil Cir 2008; 60(1)