Reflexiones éticas en la práctica de la cirugía

Autor: Arroyo A Fernando

Fragmento

La incorporación de la ética en el ejercicio de la medicina tiene una larga tradición que se inicia en la Grecia clásica con el Juramento Hipocrático, que fue el referente ético médico en Occidente por muchos siglos, y ha sido continuado en épocas posteriores con la Oración de Maimónides del siglo XII, las normas de ética del Royal College of Physicians de Inglaterra en 1543, las normas regulatorias del ejercicio médico en el Protomedicato de Nueva España en 1628, la obra de John Gregory Observations on the Duties and Offices of a Physician and on the Method of Prosecuting Enquiries in Philosophy de 1770, el Code of Medical Ethics de Thomas Percival de 1806, el Código de Ética de la American Medical Association en 1847, y finalmente los múltiples documentos escritos a lo largo del Siglo XX por países, instituciones y universidades, sobresaliendo por su amplia aceptación internacional la Declaración de Ginebra, el Código Internacional de Ética Médica, el Código de Nuremberg y la Declaración de Helsinki, promulgados por la Asociación Medica Mundial en la segunda mitad del siglo pasado. La palabra “cirugía” proviene del griego kheiros: manos y ergon: obra, y ha sido definida como “aquella parte de la Medicina que trata de curar las enfermedades por obra de las manos”. La figura médica por excelencia en la cultura griega clásica es Hipócrates, y en sus escritos se incluyen varios sobre cirugía, aunque hay que reconocer que en el conjunto de su obra la parte quirúrgica ocupa un lugar más bien modesto. Ambroise Paré, cirujano francés nacido en 1510, es considerado como el primer médico consagrado completamente a la cirugía, y a él se le atribuye esta afirmación: “la cirugía tiene cinco funciones: eliminar lo superfluo, restaurar lo que se ha dislocado, separar lo que se ha unido, reunir lo que se ha dividido y reparar los defectos de la naturaleza”.

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2008-09-03   |   754 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 60 Núm.4. Agosto 2008 Pags. 352-356 Rev Chil Cir 2008; 60(4)