Contrastes

Autor: Poblete Silva Raúl

Fragmento

En la década de los sesenta no era raro que debido a la destacada historia de la medicina chilena y por pertenecer a un grupo tan selecto, quiénes egresaban como Médicos pasaran de manera automática a tener un papel relevante en la sociedad en que se encontraban inmersos y a la que debían servir. Así había ocurrido desde siempre con los que luego fueron nuestros Maestros, y pudimos ver que así ocurrió también después con muchos de nuestros contemporáneos. No pocos marcaron hitos importantes no sólo en la medicina chilena y universal, sino también en diversas e incluso a veces inimaginables actividades de diferente naturaleza, a las cuales accedían casi siempre, aparte de sus capacidades, debido básicamente a su condición de Médicos. ¿Como podría una sociedad no admirar y tener casi en calidad de ídolos a la inmensa mayoría de éstos profesionales esforzados que, a lo largo y ancho del país, sólo intentaban denodadamente servir a sus semejantes aplicando todo lo aprendido tras largos años de estudio, los más largos en cualquier carrera profesional, y después de un reconocido y público entrenamiento? ¿Cómo podría una sociedad no reconocer e incluso venerar en forma muy especial a quiénes desde siempre practicaban la cirugía, y por defecto tenían la reconocida autoridad, únicamente ellos, para penetrar incluso el cuerpo humano procurando rescatarlo del sufrimiento y de la muerte? ¿Cómo podría una sociedad comportarse frente a quienes, luego de intentar lo posible, lo posible y lo impensable, frente a un caso perdido, con entereza y basados en sus conocimientos son capaces de aceptar su derrota, sin olvidar jamás dar unas palabras de consuelo a los dolidos familiares?

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2008-10-27   |   687 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 60 Núm.5. Octubre 2008 Pags. 375-376 Rev Chil Cir 2008; 60(5)