El porqué de escribir literatura médica

Autor: Vergara Amador Enrique Manuel

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Una buena costumbre en el personal médico es la discusión académica. Ésta se hace de diferentes maneras: en los congresos o seminarios médicos, en la revisión diaria que se hace de los pacientes en las clínicas u hospitales, en las discusiones de casos con los colegas e incluso en las discusiones llevadas a cabo en los corredores de los hospitales. Esta discusión casi siempre es resultado de los casos complejos que llevan a los diferentes médicos a dar opiniones acerca del paciente, que pueden estar sustentadas por la experiencia de cada uno, por un resultado crítico de una evaluación sistemática de un tema, o por el simple resultado de una revisión de un artículo de revista publicado casi siempre recientemente. Este intercambio de información es una alimentación importante para mejorar la calidad de nuestros conocimientos y nos llevará a ser muy críticos para una mejor atención de nuestros pacientes. Reflexionemos un poco y miremos hacia el pasado. Durante nuestro entrenamiento en la especialidad, ¿qué hubiera pasado de no haber contado con los libros maravillosos de lectura con los cuales nos nutríamos académicamente, los libros maestros de la ortopedia y traumatología, las clásicas revistas de cirugía de huesos y articulaciones? Nuestros predecesores intentaron escribir y muchos lo lograron, sin medicina basada en la evidencia, basados en su experiencia y en las ganas de compartir sus conocimientos con otros colegas. Hoy escribir es mucho más fácil, sobretodo lograr una difusión científica ya que se cuenta con mayor cantidad de revistas para publicar, con diversas categorías de acuerdo a la calidad de la publicación y con la facilidad de la comunicación debido a la internet. El proceso de escribir, de exponer ideas, innovaciones, modificaciones de las técnicas o mostrar nuestra experiencia, requiere de un claro concepto de pensamiento y de escritura, que no se logra en una jornada. Se requiere de un proceso de intención de organización y de disciplina para comenzar, sigue por un proceso de lectura y análisis de la información y finaliza por el proceso de escritura, que es el producto de una combinación de muchos factores entre los cuales están el resultado de todo lo leído y de toda la experiencia acumulada con los pacientes. Nuestros escritos serán al inicio muy primarios, pero con el transcurrir del tiempo y después de hacerlo repetidamente, se observará un pensamiento más fluido, aparecerán más fácilmente las ideas y sabrán organizarse de manera más adecuada tanto las ideas como los documentos. Se encuentran dentro de la población de cirujanos algunos que no quieren compartir sus conocimientos e ideas, pero la gran mayoría conserva un espíritu académico y generoso. Comparten de diversas maneras, como decíamos anteriormente, en los pasillos, en los cuartos de los pacientes y en los seminarios. A todos ellos los invito a que plasmen sus ideas y sus experiencias por escrito. Insisto en que deben exponer sus ideas de manera clara y ordenada, siguiendo las normas básicas para los artículos científicos presentados a cualquier revista médica. ¿Y quién se beneficia al escribir? En primera instancia los escritores. Siempre me he dicho que al escribir nuestras ideas y tratar de trasmitirlas a otros, quien más se beneficia es la persona que escribe, siendo una de las formas más importantes de aprender. El siguiente beneficiario es el público médico que de esta manera aprende de la experiencia de los otros. Recordemos que no debemos ser los únicos poseedores del conocimiento; el conocimiento está allí para todos, solo que unos lo construyen día a día con su práctica y son ellos los llamados a trasmitir ese legado a las futuras generaciones que irán a curar a nuestra propia descendencia.

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2008-12-04   |   839 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.2. Abril-Junio 2008 Pags. 108-109 Rev Col de Or Tra 2008; 22(2)