Fragmento

Para una correcta elección de un antimicrobiano, todo odontólogo clínico debe tener en cuenta una serie de consideraciones. 1. La mayoría de las enfermedades infecciosas relacionadas con la odontología son polimicrobianas y mixtas; esto en muchas ocasiones dificulta el reconocimiento de los verdaderos patógenos. 2. La microbiota bucal es heterogénea, cambiante y abundante; lo cual plantea la dificultad técnica, desde el punto de vista microbiológico, de conseguir identificar todas y cada una de las bacterias de la cavidad. 3. Muchos de los procesos infecciosos bucales tienen peculiaridades especiales que se traducen en: a) Muestras estériles (la patogenicidad bacteriana va ligada a productos extracelulares). b) Las localizaciones pueden ser muy diversas, incluyendo tejidos duros y blandos, con o sin complicaciones secundarias. c) En ocasiones no es necesario un tratamiento con antimicrobianos, ya que puede ser suficiente con el empleo de un agente antiséptico. d) A veces, si el tratamiento con antimicrobianos no va acompañado de otro adicional (por ejemplo, drenaje quirúrgico de un absceso), cabe esperar el fracaso de la antimicrobioterapia. e) Se deberá, en casos especiales, planear estrategias o pautas de profilaxis. Lo arriba señalado plantea problemas en cuanto a la ayuda que el laboratorio de microbiología puede proporcionar al odontólogo clínico, quien deberá poseer amplios conocimientos en diferentes disciplinas. Por otra parte, lo que era cierto hasta hace algunos años, de que la mayoría de las bacterias bucales eran sensibles a una amplia gama de antimicrobianos, hoy día no lo es por fenómenos de resistencia.

Palabras clave:

2009-04-16   |   1,325 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 5 Núm.57. Abril 2009 Pags. 8 Odont Moder 2009; 5(57)