Editorial

Autor: Solórzano Santos Fortino

Fragmento

Las infecciones en la etapa neonatal son una de las principales causas de atención en Unidades de Cuidados Neonatales, entre éstas, la sepsis neonatal ocupa un lugar preponderante. El diagnóstico de sepsis neonatal se basa en la sospecha clínica, sin embargo las manifestaciones son totalmente inespecíficas, por lo que se han utilizado múltiples pruebas de laboratorio y gabinete a fin de establecer con mayor precisión el diagnóstico. En estudios recientes se ha investigado cuáles pruebas son de mayor utilidad en el diagnóstico de sepsis de inicio temprano, algunas complejas, como la demostración de estructuras genómicas, antígenos de superficie bacteriana, citocinas o medición de proteínas de fase aguda. La mayoría de los estudios en los que se han evaluado estas pruebas desafortunadamente son retrospectivos o con muestras pequeñas, además de tener un costo elevado, su aplicación en la clínica continúa siendo reducida. Otras pruebas, como la medición de cuentas y porcentajes de subclases de linfocitos, también han sido exploradas, con resultados variables al comparar cuentas absolutas y porcentajes. Se ha evaluado la utilidad de una prueba semicuantitativa de procalcitonina, sin embargo se encontró que su sensibilidad es moderada y pobre su especificidad, por lo que a pesar del poco número de estudios, no se considera que sea una prueba útil, al menos en el diagnóstico de sepsis de inicio temprano. Recientemente se han medido diversos mediadores de inflamación (interleucinas), encontrando que se elevan en forma significativa en el inicio del padecimiento y que varios días después de iniciado el tratamiento específico, se observa una disminución de los mismos en pacientes con buena respuesta clínica, por lo que su utilidad como pruebas de diagnóstico y de pronóstico es promisoria. Hasta ahora, sólo está disponible en laboratorios de investigación.

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2009-12-14   |   1,178 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 28 Núm.2. Mayo-Junio 2008 Pags. 45 Enf Inf Microbiol 2008; 28(2)