Autores: Díaz Alvarez Manuel, Acosta Batista Bárbara, Pérez Córdova Rodolfo, Arango Arias María Isabel, Delgado Marrero Bertha
Introducción: El riesgo de desarrollar daño renal cicatrizal es mayor en edades tempranas de la vida, fundamentalmente cuando el paciente presenta reflujo vesicoureteral, lo cual hace imprescindible identificar este reflujo tan precozmente como sea posible. Nuestro objetivo fue determinar la prevalencia y características de presentación del reflujo vesicoureteral en niños que padecieron infección del tracto urinario en el período neonatal. Pacientes y método: Estudio observacional, prospectivo desde 1992 hasta 2007, de una cohorte de recién nacidos que ingresaron con la primera infección del tracto urinario adquirida en la comunidad, de localización alta por criterios clínicos, y en la que se realizaron estudios de ecografía renal y uretrocistografía miccional. Se analizaron las características clínicas y de radioimagen en la presentación del reflujo vesicoureteral. Resultados: En 358 pacientes la mediana de seguimiento fue 19 meses (intervalo 1-104). La prevalencia de reflujo vesicoureteral fue de 20.9% (IC 95%: 16.4-26.2), con predominio del reflujo vesicoureteral primario, con tasa de 18.1%. El reflujo vesicoureteral fue unilateral en 40 pacientes, con mayor afectación del riñón izquierdo, y bilateral en 35 casos. El reflujo vesicoureteral de los grados III o mayor (65.0%), superaron al de bajo grado I o II en los pacientes con reflujo vesicoureteral unilateral (35.0%). No hubo diferencias significativas según el género. Conclusiones: La presentación de una infección del tracto urinario en el período neonatal se asoció con reflujo vesicoureteral en el 20.9% de los casos, con predominio del reflujo primario y de los grados dilatantes. No hubo diferencias según el género.
Palabras clave: Recién nacido reflujo vesicoureteral infección del tracto urinario prevalencia.
2009-12-14 | 876 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 107 Núm.4. Julio-Agosto 2009 Pags. 329-334 Arch Argent Pediatr 2009; 107(4)