Dermatofitosis

Autor: Ponce Olivera Rosa María

Fragmento

Esta enfermedad, que suele afectar a la piel de manera superficial —aunque en casos excepcionales llega a ser más profunda—, es causada por hongos, principalmente Epydermophyton, Microsporum y Trichophyton; generadores de las mejor conocidas como tiñas o tineas, que dañan la queratina de piel y uñas, así como la dermis cabelluda. Los hongos pueden ser de tipo geofísico, antropofílico y zoofílico, los cuales también llegan a contagiar al ser humano. La dermatofitosis no sólo afecta a cabeza y pies, sino que se propaga a otras áreas del cuerpo como manos y barba y se contrae fácilmente, al tener contacto directo con los afectados, así como con superficies y objetos contaminados. En los pies la morfología es variada, se desarrolla como infección hiperqueratósica, con grandes cantidades de escamas y engrosamiento; esta tiña vesiculosa genera prurito y se traumatiza con facilidad. La forma interdigital, que se localiza entre los pliegues de los dedos, cursa con ardor, maceración y mal olor. Afecta la totalidad de la piel, formando una especie de zapato a lo largo de la planta del pie y los laterales, respetando sólo el dorso del mismo. En el caso de la cabeza, ataca sobre todo a niños de entre tres a 12 años de edad, manifestándose como una placa pseudoalopécica la cual provoca que el cabello infectado se quiebre; cuando se presenta en forma seca, se muestra una escama abundante. La forma inflamatoria se aprecia como una lesión pseudosupurativa, sangrante, además de que puede cursar con adenomegalias, dañando de forma importante el cuero cabelludo. Otro tipo de tiña se da en la piel lampiña, y los síntomas iniciales son la presencia de placas eritematoescamosas, de borde activo, en ocasiones vesiculoso, el cual puede cursar con prurito. Se puede presentar en cuerpo, manos, barba y región inguinal. Hábitos como no cambiarse de ropa o compartirla, pueden predisponer a su adquisición.

Palabras clave: Dermatofitosis Epydermophyton Microsporum Trichophyton tiñas tineas

2010-01-15   |   2,166 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 32 Núm.385. Diciembre 2009 Pags. 9 Prescripción Médica 2009; 32(385)